miércoles, 21 de diciembre de 2011

LA PRIMERA PAREJA GAY RECONOCIDA EN ECUADOR.

XAVIER Y TYLER
LA PRIMERA PAREJA GAY RECONOCIDA EN ECUADOR.




LEGALMENTE UNIDOS.
Se conocieron en los años noventa en Estados  Unidos cuando Xavier estudiaba su maestría en Nueva York y, luego de formalizar su unión civil en Vermont en 2005, decidieron vivir en Ecuador. Tyler era estadounidense mientras que Xavier era ecuatoriano, por lo que al terminar su maestría no podía seguir viviendo en Estados Unidos.
Tyler no quería separarse de su pareja y como podía aplicar una visa ecuatoriana, decidió dejar su hogar para radicarse en Ecuador junto a Xavier.
Al ser una pareja homosexual las posibilidades de que sus derechos fuesen reconocidos eran mínimos en ese año, pues Tyler no tenía una visa de dependiente familiar ( amparo) ya que las parejas del mismo sexo no eran consideradas como un tipo de familia. Más adelante Xavier empezó a trabajar en un organismo internacional contando con un seguro de salud, el cual no incluía cobertura para su pareja homosexual, que en la práctica era su familiar más cercano. La razón dada por la seguradora era que en ese entonces a las parejas homosexuales no se les consideraba legalmente como familias. Xavier cuenta que “cuando él se quedó  sin trabajo,  no pudo acceder al seguro de salud de la empresa donde yo  trabajaba” (1)
Ellos vivían juntos cuando Xavier fue contratado en Ginebra por otro organismo internacional. En Suiza reconocían las uniones gays pero la unión civil que años atrás formalizaron en Vermont no les servía pues solo tenía efectos legales en ese estado, no a nivel federan en todo Estados Unido y por ende, tampoco en otros  países. Por su nuevo trabajo Xavier inevitablemente tenía que irse, pero Tyler, al ser estadounidense, no podía radicarse en Suiza por su estricta política migratoria, aunque es importante señalar que Tyler sí podía entrar en Suiza como turista, pero luego de tres meses ineludiblemente debía salir o arriesgarse a ser deportado. Entonces decidieron separarse al ser inevitable el distanciamiento físico.
Pero la historia no quedo allí, pues a pesar de que algunas parejas habían intentado sin éxito unirse aparados en la nueva Constitución ecuatoriana ( por que el Código Civil mantenía las uniones de hecho como heterosexuales), Tyler y Xavier, amparados con la aplicación directa de la Constitución, pudieron obtener el reconocimiento legal de su unión de hecho. Antes de su caso, al querer trabajar en estos temas en el mundo de los abogados se hablaba entre risas:
“Risas. Eso es lo que provoca en Ecuador, ingresar en una notaría y solicitar información sobre la unión de hecho entre personas del mismo sexo. Así lo comprobó la Hora en un recorrido por las notarías de Quito donde no encontró ninguna notaría que pueda aceptar el trámite” (2).
Los conocí justo entonces, cuando me contactaron porque su proyecto de vida dependía netamente de lograr esa unión de hecho. Tyler podría aplicar a la visa de dependiente familiar y quedarse con Xavier en Suiza.
Legalizaron su unión en la Notaría Séptima de Quito, el 12 de agosto del 2009, tas nueve años de “mantener” una relación estable y monogámica”: La razón fue simple, se unieron para fines legales prácticos. “prestamos bancarios, herencias, adquisición de propiedades, disminución de impuestos. Temas migratorios” (3), sosteniendo que al no poder unirse eran considerados como ciudadanos de segunda categoría, a pesar de que cumplían sus obligaciones y pagaban sus impuestos como cualquier oro ciudadano.
Eso era discriminación.
Actualmente viven en Suiza, pues ese país reconoció, los derechos migratorios de Tyler como compañero de Xavier. Es decir la primera unión de hecho en Ecuador surtió sus efectos internacionales en Suiza. Por eso, cuando ellos hablan de derechos humanos con otras parejas en Ginebra, su unión de hecho es como la carta de presentación de Ecuador, un país que tradicionalmente tuvo pocos avances en materia de derechos humanos frente a los países de la región, pero que ha avanzado en este punto con más rapidez que otros países supuestamente más adelantados como Costa Rica o Chile.

Tyler, es estadounidense, afirmó en ese entonces que el tema de derechos humanos. La constitución es pionera al reconocer que cualquier ser humano puede unirse con otro ser humano” (4).
Así la historia de cómo se reconoció legalmente la primera pareja homosexual en Ecuador representa varias contradicciones y hechos inéditos. El reconocimiento constitucional frente a la necedad de los notarios que por homofobia reprimida no querían tramitar el reconocimiento no presentó el fin de la discriminación. Así mismo, Tyler a pesar de ser estadounidense carecía de reconocimiento legal a su unión de hecho por parte de su país de origen, y sin embargo eso sí lo logró en un país del sur llamado Ecuador. Xavier y Tyler sobrevivieron a la antítesis de luchar por un proyecto de vida juntos frente a un mundo que frecuentemente les cerró las puertas.
Esta es una historia de derechos humanos, de reconocer que todas las personas son iguales sin distinción alguna, de permitir la construcción proyectos de vida, de incluir a los entes discriminados. Una historia que permitió escribir mejores páginas en la historia de nuestro país.
(1)   Pedro Artieda “Uniones gays ya son legales”. Revista Vistazo. 28 de Septiembre 2009.
(2)   Cfr. V. Venegas, “Las notarias no unen a las parejas gays”. 15 de Junio del 2009, La Hora.
(3)   Ibdem. Pedro Artieda. Vistazo.
(4)   Ibdem. Pedro Artieda. Vistazo.
Por Andrés Buitrón.
Abogado y Activista de Derechos Humanos.

Tomado de Revista Max
El lugar Sin Límites
www.ellugarsinlimites.net

CRONOLOGIA LEGAL EN CUANTO A DIVERSIDAD SEXUAL EN ECUADOR

CRONOLOGIA SOBRE LEYES A FAVOR DE LA DIVERSIDAD SEXUAL EN ECUADOR

1997. El Tribunal de Garantías Constitucionales despenalizó la homosexualidad del Código Penal ecuatoriano, al declarar la inconstitucionalidad del segundo inciso del artículo 516, que penalizaba la homosexualidad.
1998. La Asamblea Constitucional de Sangolquí, redactó y aprobó el artículo 23 sobre los Derechos y Garantías, en la cual el Estado garantizaba la no discriminación por orientación sexual, entre otros aspectos.  Sin embargo, durante los 10 siguientes años, el Congreso Nacional no legislo sobre el tema.
En Febrero del 2008 y basado en la Constitución de 1998, el Municipio de Quito aprobó y expidió la ordenanza Metropolitana # 240 de Inclusión de la diversidad sexual GLBT
en las políticas del Distrito Metropolitano de Quito
En 2008, la Asamblea Nacional Constituyente de Montecristi incluyó alrededor de 40 a artículos referentes a garantía sin discriminación e igualdad de los cuales se destacan:
El artículo 11 numeral 2 del Capítulo de Derechos expone que nadie podrá ser discriminado por su identidad de género, orientación sexual y portar VIH, entre otros aspectos
El artículo 66, numeral 4, sobre el derecho a la igualdad formal, igualdad material y no discriminación; numeral 9 sobre el derecho a tomar decisiones libres, informadas, voluntarias y responsables sobre la sexualidad, la vida y la orientación sexual. El Estado promoverá el acceso a los medios necesarios para que estas decisiones se den en condiciones seguras.
El artículo 67, en que el Estado reconoce a la familia en sus diversos tipos. Estas se constituirán por vínculos jurídicos o de hecho y se basarán en la igualdad de derechos y  oportunidades de sus integrantes. Esto a pesar de que , en su segundo párrafo, discrimina el tema de los matrimonios, restringiéndolos a un derecho solo de heterosexuales.
El articulo 68 manifiesta que: “La unión estable y monogámica entre dos personas libres de vínculo matrimonial que formen un hogar de hecho, por el lapso y bajo las condiciones y circunstancias que señale la ley, generará los mismos derechos y obligaciones que tienen las familias constituidas mediante matrimonio”. Circunstancia que fue parte de la propuesta de campaña del candidato Rafael Correa en 2006, como también de las organizaciones de mujeres del país. A pesar que en el segundo párrafo del artículo, discrimina el tema de las adopciones, restringiéndolas a un derecho solo de parejas heterosexuales.
En septiembre 28 del 2008, 7 de cada 10 ecuatorianos aprobaron esta Cosntitución garantista, denominada como un Canto a la Vida o la Constitución del Buen vivir “Sumak Kawsay”.
En el año 2009, la Comisión Legistlativa Especial (denominada “Congresillo”) aprobó una reforma al Código Penal Ecuatoriano, en cuyo artículo 445 se penaliza los crímenes de odio, entre los que se incluyen aquellos por homofobia, basándose en la constitución vigente, artículo 11.
El 28 de junio del 2011, el Gobierno Provincial de Guayas, emitió una resolución de antidiscriminación que incluye a los grupos vulnerables por su orientación sexual y que rige para toda la provincia. Se establece la creación de un Consejo de Igualdad, presidido por la vice prefectura y que compromete al Prefecto y Alcaldes/Alcaldesas a que aprueben las ordenanzas respectivas, en no más de 180 días.
La articulación de los colectivos de las personas lesbianas, gays, trans, bisexuales e intersex ha permitido cambios en los siguientes momentos claves:
- Despenalización de la homosexualidad en 1997, conquista que fue producto del trabajo de una naciente organización de colectivos GLBTI, especialmente de la población trans.
- La inclusión de la no discriminación por orientación sexual en la constitución de 1998, destacándose la gestión de las feministas lesbianas.
- La gestión y cabildeo de distintos grupos en la constituyente de Montecristi en 2008,
con destaque de la presencia de la lucha de los colectivos de mujeres lesbianas ecuatorianas.
- Finalmente la participación política electoral de forma visible de ocho candidatos y candidatas GLBTI para las legislativas del presente periodo, en que fue electa una asambleísta lesbiana alterna, patrocinada por el  Movimiento País, en la provincia de Pichincha.
PAIS CANELA
Información Sobre Diversidad Sexual en Ecuador

14 AÑOS DESPUES DE LA DESPENALIZACION DE LA HOMOSEXUALIDAD EN ECUADOR


EL 27 DE NOVIEMBRE DEL 2011 SE CUMPLEIRON 14 AÑOS DE LA DESPENALIZACION DE LA HOMOSEXUALIDA EN ECUADOR.

Rememorar este acontecimiento tiene sentido, por cuanto a partir de él se marca un Punto Histórico de partida en la posterior lucha por el reconocimiento de los derechos de la población GLBTI en las leyes de nuestro país.
Lo ocurrido en el año 1997 ha sido presentado como un hito  de lucha por parte de algunas organizaciones y activistas GLBTI del país, sin embargo, es importante recalcar que este hecho no estuvo  libre de homofobia desde su mismo surgimiento.
Cabe recordar que la homosexualidad masculina no se despenalizó porque las autoridades del Tribunal Constitucional (TC) de aquel entonces creyeran plenamente en la libertad de ejercer los derechos sexuales. El argumento homofóbico que se presentó fue que al ser la homosexualidad una enfermedad debía de dejar de ser considerada un delito porque eso evitaría que se propague en las cárceles. En cuanto al lesbianismo, las misóginas leyes de nuestro país ni siquiera lo mencionaban, por lo cual las lesbianas eran plenamente invisibilizadas.
¿Qué se ha logrado en el país a partir de este hecho?
Una ampliación progresiva de derechos. En la Constitución de 1998 se incluyó la no discriminación por orientación sexual como un derecho fundamental.
En el año 2008 la Asamblea Constituyente que elaboró la actual Constitución, volvió a incluir la no discriminación por orientación sexual y gracias a la presión de  organizaciones de personas transgénero y transexuales, se añadió la no discriminación por identidad de género. La unión de hecho entre dos personas sin especificar su sexo, fue otro logro además de una redefinición del concepto de familia.
Este avance legal no ha significado necesariamente una transformación de patrones socios culturales patriarcales y homofóbicos que subyacen dentro de las mismas instituciones del Estado. Catorce años son un periodo de tiempo que requiere ser evaluado y analizado con más criticidad para daros cuenta que las leyes que un Estado establezca, no son la panacea absoluta contra el odio que aún mantienen diversos sectores de la sociedad hacia la población GLBTI. La Tarea es ardua y el camino aún es largo para lograr la inclusión plena de todas las personas sexualmente diversas.
Por Frenando Sancho
Investigador Social
Tomado de la revista MAX – El Lugar sin Limites.
www.ellugarsinlimites.net
PAIS CANELA
Información Sobre Diversidad Sexual en Ecuador
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viernes, 19 de agosto de 2011

¿CURA PARA LA HOMOSEXUALIDAD EN ECUADOR?

Curar’ la homosexualidad


El intendente de Policía del cantón Cuenca seguramente pensaba que el resultado de sus acciones tendría un gran despliegue en los medios de comunicación, y por eso les puso el señuelo. Se enteró de una fiesta privada en una discoteca, fiesta que para muchos era pública: la elección de Miss Gay 1997. E invitó a reporteros de televisión para que acompañen el “operativo”.
Cerca de la medianoche, intendente, policías y periodistas ingresaron a la discoteca, en pleno Centro Histórico de Cuenca, y ante sus rostros de asombro, su moralismo, su temor interno por descubrirse en el otro, detuvieron a decenas de asistentes, incluido Pedro, que aquella noche ganó el concurso. Claro que al día siguiente las tomas al interior del local desaparecieron, por inconvenientes para ciertos círculos sociales y políticos cuencanos.
A los desapadrinados los trasladaron al Centro de Detención Provisional de la Policía Nacional, a una denigrante celda conocida como de “delincuentes comunes”. Este calabozo se hallaba justo en frente del de los infractores menores, como los de tránsito, pero con frecuencia era utilizado para atemorizar o aleccionar a quienes, a discreción del custodio de las llaves, debían pasar por ese “bautizo”.
Pedro –me lo confesó tres días después en su gabinete de belleza donde se ganaba la vida– fue violado una y otra vez. Lo violaron hasta el amanecer. Hasta cuando al custodio de las llaves se le agotó la venta de preservativos. Los detenidos en el operativo del Intendente y la prensa fueron más de cincuenta, y Pedro llevó la peor parte.
Pero hubo otra facción de comunicadores que asumió el tema con espíritu crítico. Y dio espacio a los movimientos sociales que se formaron en torno al hecho. El objetivo era dejar sin armas legales al intendente en cuestión y los que vengan después: se demandó la inconstitucionalidad del artículo 516, inciso primero, del Código de Procedimiento Penal del Ecuador que tipificaba como delito la homosexualidad.
El mentado artículo decía: “En los casos de homosexualismo, que no constituyan violación, los dos correos serán reprimidos con reclusión mayor de cuatro a ocho años”. En septiembre de 1997 el Tribunal Constitucional aceptó parcialmente la demanda y se despenalizó, también parcialmente, la homosexualidad.
La batalla legal que las organizaciones de gays, lesbianas, bisexuales, transexuales y transgénero (GLBT) emprendieron, apuntó no solo a demostrar que la homosexualidad no es un delito, sino que tampoco es una enfermedad. La propia Organización Mundial de la Salud, OMS, se ha pronunciado descartando la creencia de que esta opción es una enfermedad.
Sin embargo, y pese a los años transcurridos, parece que nada ha avanzado, confirmando que los procesos de cambio no son una solamente cuestión de legislación, sino fundamentalmente de educación.
Porque si bien ahora la intolerancia ya no tiene al artículo 516, inciso primero, para justificar sus “operativos”, la tendencia a creer que la homosexualidad es una enfermedad parece haber crecido. Por ello se ha denunciado la existencia de 300 centros dedicados a “curar” la “enfermedad de la homosexualidad”.
Debemos recuperar estos últimos 14 años en materia de tolerancia y convivencia. La vida es muy corta como para perderlos a razón de indiferencia.

viernes, 8 de julio de 2011

LOS ENCHAQUIRADOS: EL PASADO SEXUAL DE GUAYAQUIL

Y es con gran dolor y terror que uno comienza a darse cuenta de esto.
Sintiendo dolor y terror, uno comienza a evaluar la historia
que lo ha colocado a uno donde esta, y cómo ha formado su punto de vista.
Sintiendo dolor y terror, porque de allí en adelante,
uno entra en una  batalla con esa creación histórica, lo que es uno mismo,
e intenta recrear a uno mismo de acuerdo a un principio más humano y más liberador;
comienza así el intento de alcanzar un nivel de madurez personal y libertad,
lo cual roba a la historia de su poder tiránico, y,  al mismo tiempo, la cambia.
James Baldwin.


 
LOS ENCHAQUIRADOS: EL PASADO SEXUAL DE GUAYAQUIL
- Mi nombre es Jorge, pero mi nombre de batalla es Dolores.
Esta respuesta hubiera sido inquietante viniendo de un hombre ecuatoriano cualquiera, pero lo era aún más viniendo de un habitante de un aparentemente tradicional pueblo costero como lo es San Pablo , en la Península de Santa Elena
- ¿Cómo podría un “hombre”, rodeado por su grupo de amigos, ser tan abierto acerca de su homosexualidad e identidad queer?
Esto era particularmente problemático ya que la mayoría de hombres guayaquileños, gastamos una gran energía en mantener una identidad heterosexual  ostensible en congruencia con los roles sociales prescritos para nosotros. Pero lo era más considerando  que , esto paso a mediados de los ochentas, donde cualquier actividad sexual entre hombres adultos en Ecuador llevaba una sentencia obligada a prisión por ocho años.
Nuestra hombría heterosexual no era para ser tomada a la ligera. Los gays guayaquileños, habíamos pasado demasiado tiempo en el colegio, en casa, en el vecindario, en nuestras mentes, construyendo una identidad masculina heterosexual que nos proveyera el respeto necesario  para llevar a cabo nuestra vida diaria, incluyendo el hecho de nuestra supervivencia.  Cualquier noción de una identidad homosexual era recibida con enorme sospecha debido a un sin número de restricciones culturales y sociales, así como la de un aparato legal, los mismos que habíamos activamente validado y participado hasta entonces.
Durante este tiempo  he cuestionado y analizado – y he sido impresionado por – una representación histórica de la heterosexualidad como hegemónica y producida a costa de una rica serie de prácticas y deseos sexuales diversos.
Los elementos significativos de un pasado homosexual prehispánico han sido distorsionados  y , en última instancia, excluidos de la producción contemporánea de la historia de la ciudad. Estas distorsiones resultan aún más significativas porque muchos de estos elementos homosexuales prehispánicos han sido pasados por alto sistemáticamente.
Las estatuillas de varones participando en sexo oral y anal están presentes a lo largo de las culturas prehispánicas andinas, incluyendo la de los Manteño Huancavilca. Es más estas estatuillas explícitamente sexuales han capturado la imaginación contemporánea mientras que réplicas modernas son hechas para propósitos comerciales, incluyendo unos populares y provocativos llaveros.
·         El análisis alternativo de los enchaquirados cuestión ala tradicional historia heterosexista de la ciudad.

·         Los Enchaquirados ( Un harem homosexual de sirvientes jóvenes destinados a tares religiosas y sexuales) son descritos por los mismos relatos etnohistóricos que han sido utilizados para reconstruir la historia colonial de Guayaquil.

·         Para los grupos prehispánicos en cuestión, los enchaquirados fueron tan queer como las prostitutas y las amas de casa son para los guayaquileños actualmente.
Los Manteños – Huancavilca fueron vistos como infames en los relatos españoles pro prácticas tales como la adoración de piedras sagradas, efigies de madera y otras y deidades, así como por la reducción de cabezas, costumbres de entierro “birzarras”, y por último pero no menos importante, por su pública aceptación y práctica de la sodomía.
Víctor Emilio Estrada en su estudio de 1957 sobre el  grupo menciona, en un párrafo corto y fácilmente pasado por alto, que “eran sodomitas y tenían a sus niños muy bien enchaquirados y ordenados con sartales (collares) y muchas piezas de joyería de oro”.
( Estrada 1957: 12; énfasis agregado).
Para los cronistas españoles, todo esto probaba que los Manteño – Huancavilca participaban en rituales barbáricos y estaban en comunicación directa con el propio diablo.
Pero esta peculiar representación de las prácticas religiosas del grupo no es inesperada, puesto que el énfasis  en los rituales de nativos americanos como algo diabólico fue difundido en los relatos coloniales a lo largo del Continente ( ver Las Casas 1982:69).
Zárate sobre los rituales costeros que impresionaron mayormente a los españoles.
Entre las descripciones de las reprensibles actividades de estos grupos, de acuerdo a los españoles, no se hallaban sólo aquellas de idolatría, acuerdos con el diablo, sacrificios animales y humanos, sino también, de manera preponderante, aquellas del pecado de sodomía. De capital importancia en esta práctica sexual era un grupo de hombres jóvenes reconocidos por su actividad homosexual religiosa (o ritualizada) y su uso ritual de chaquiras (cuentas de conchas) y adornos de oro:
“Y en otros respectos para que el diablo los tenga atados a sus cadenas de pecado, es precisamente sostenido que en los oráculos y templos donde eran dadas respuestas a sus preguntas, se asumía que era necesario para este servicio que algunos jóvenes estén en el templo donde eran dadas respuestas a sus preguntas, se asumía que era necesario para este servicio que algunos jóvenes estén en el templo desde una temprana edad, para que en ciertas ocasiones y durante los sacrificios y fiestas santas, el señor y otras autoridades pudieran acarrear con ellos el maldito pecado de la sodomía. Y para que usted pueda entender lo que está leyendo, como algunos entre ellos aún mantienen este ritual diabólico: narraré una historia que me fue dada en la ciudad de Reyes por el Fraile Domingo de Santo Tomás, la cual tengo en mi poder y va de la siguiente manera:
…Y eso es que cada templo o adoratorio primario tienen uno o dos hombres, o más, de acuerdo al ídolo. Han sido vestidos como mujeres desde que eran niños pequeños, y hablan como tales; y en su trato, ropas y en todo lo demás ellos imitan a las mujeres.
Estos hombres participan en uniones carnales como un signo de santidad y religión, durante sus fiestas y días santos, especialmente con los señores y otras autoridades. Yo lo sé porque he castigado a dos. Los cuales, cuando les dije del maligno acto que estaban cometiendo, y la fealdad del pecado que estaban haciendo, contestaron que no eran culpables, porque desde el momento que nacieron habían sido colocados ahí por sus caciques, para utilizarlos en este maldito  y horrendo (nefando) vicio, y para ser los sacerdotes y guardianes del templo. Así que lo que yo deduje de esto es que , el diablo estaba tan a cargo de estas tierras, que no habiendo sido contentado con hacerlos caer en semejante gran pecado; sino también los había hecho creer que tal vicio es una forma de santidad y religión y de esa manera los tenía más esclavizados.
Esto me fue dado por Fraile Domingo, conocido por todos, y conocidos por ser un amigo de la verdad (Cieza de León 1986: 199 – 200).”
* Fernández de Oviedo ( 1952, IV: 221) describe los enchaquirados de la siguiente manera:
“Estas tierras de Puerto Viejo son planas y con muy pocos cerros, y el sol las achicharra bastante y están un tanto enfermizas. La mayoría de los indios que habitaron la costa son sodomitas abominables, haciendo esto con los niños, y tenían a los niños muy bien enchaquirados y adornados con bastante joyería de oro. Trataban a sus mujeres muy mal. Usaban pequeñas camisas, y sus vergüenza es expuesta.”
* El Inca Garcilaso de la Vega ( 1998: 390) se refería cuando expresaba que:

“Los naturales de Manta y de la región, particularmente a lo ralgo de la costa (pero no aquellos tierra adentro los cuales son llamados serranos) practicaban la sodomía más al descubierto y con menos vergüenza que ningún otro; esto es, más que todas las otras naciones que hasta la fecha han sido notorias por este vicio.”
Muy poco es conocido acerca de estos hombres jóvenes, aunque ellos difícilmente parecen haber sido transgresores sexuales  y más bien, parecen haberse hallado bastante integrados a la sociedad normativa. Estructuras religiosas similares de muchachos jóvenes sirviendo en templos y participando en una homosexualidad ritualizada son también descritos en otras partes de las Américas (Ver Trexler 1995 para una descripción exhaustiva aunque poco crítica), tanto en el Perú Central (Cieza de León 1986) como en Mesoamérica (Las Casas 1982:70).
Cuando uno toma en cuenta el uso de las chaquiras y el oro podemos asumir que estos jóvenes fueron sostenidos en un status de consideración dentro de la comunidad, especialmente porque las chaquiras fueron consideradas artefactos invalorables entre estos costeros. Igualmente importante en muchas de estas descripciones es que las chaquiras eran altamente estimada y en algún caso eran también parte inconfundible del atavió masculino:
Ellos ataban sus brazos y piernas con algunas vueltas y cuentas de oro, plata y pequeñas turquesas, y cuentas  y conchas rojas y blancas, sin permitir a ninguna de las mujeres usar estas (Zárate 1995: 33).
Algunos otros relatos también parecen indicar el valor del servicio de tales jóvenes a sus señores, al punto de que muchos de elos también fueron sepurtados junto con las esposas en la tumba del señor:
“Una o dos de sus mujeres se sepultaría a sí mismas con él, las que él amaba más, y por esto algunas veces habían peleas entre ellas,  así pues el fallecido dejaría esto decidido antes de su muerte, y  de la misma manera ellos sepultarían con él dos o tres niños jóvenes de sus servicio, poniendo en la tumba todas las vasijas de oro y plata que tenían (Zárate 1995;33, énfasis agregado).
* Era la costumbre de poner las armas con el fallecido en su tumba, y su tesoro, y  tomaba mucho trabajo mantener esto en estas tierras que habían sido descubiertas. Y en muchas provincias también incluirían mujeres y niños vivos… Y ellos tenían esto como la verdad, ellos sepultaban con el fallecido sus mujeres más amadas, y sus más privados servidores y sirvientes… y en estos valles es común sepultar a los muertos con sus riquezas y cosas más importantes, y muchas mujeres y los sirvientes más privados que un señor tuvo mientras estaba vivo (Cieza de León 1986: 166, 194, 197; énfasis agregado).
Otras actividades homosexuales también son descritas por muchos de los cronistas que visitaron tempranamente estos grupos costeros:
“Pero como esta gente era mala y llena de vicios, a pesar de que entre ellos habían muchas mujeres, y algunas de ellas extremadamente hermosas, la mayoría de ellos participaban (lo cual me ha sido certificado) públicamente y al descubierto en el horrendo pecado de la sodomía, en el cual se dice que ellos se glorificaban en extremo. Es verdad que en los últimos años el Capitán Pacheco y el Capitán Olmos, que ahora están en  España, castigaron crudamente a los indios que cometieron el pecado anteriormente mencionado, advirtiéndoles de cuánto Dios estaba disgustado y ellos fueron tan implorados que ahora poco o nada de este pecado es practicado, ni ninguna de las otras malas costumbres que tenían, ni tampoco hacen uso de otros abusos de su religión. (Cieza de León 1971: 198).
Este último relato reconoce tnato la extendida páctica de la sodomía entre los Manteño – Huancavilca como la reserva de Cieza en discutir en detalle la práctica sexual de la sodomía misma. Lo que es también bastante evidente es la prescripción ritualizada del comportamientno homosexual para algunos miembros de esta comunidad indígena.
En algunos de los otros relatos, como el del Fraile Reginaldo de Lizárraga, el uso de la actividad homosexual para crear un sentido del “otro” es particularmente explícito. Tal distancia no es solamente proporcionada por los mismos españoles, sino que es también instrumental para diferenciar entre las varias comunidades indígenas. En este relato, donde Lizárraga parece haber invertido los grupos, las descripciones de los actos de sodomía no sólo tienen cualidades civilizadoras sino también connotaciones raciales:
Allá vivieron en esta ciudad y sus distritos dos naciones de indios, una llamada Guamcavillcas (sic), gente bien dispuesta y blanca, limpia en su vestimenta y bien parecida; los otros son llamados Chonos, negros, y no tan sociables como los Guamcavillcas (sic); ambos son gente guerrera, con armas, arco y flechas. Los Chonos tienen mala reputación de participar en horrendos vicios de sodomía, ellos tienen el pelo al final de sus cabezas y la parte de arriba es completamente calva, por lo cual  el resto de los indios los ridiculizan; llamándolos perros Chonos cocotados (rasurados) como lo relataremos más tarde (Lizárraga 1968:66; énfasis agregado).
Benzoni también parece compartir este tono racialita y moralizador cuando describe los vasallos del Cacique de manta como “feos, sucios sodomitas, llenos de toda maldad”. (Benzoni 1985: 110).
Otro elemento interesante en la descripción de la homosexualidad masculina ritualizada entre grupos costeros des la narrativa fantástica sobre la presencia de gigantes en esta área. Es muy probable que las narrativas de gigantes hayan sido estimuladas por la presencia de grandes huesos desenterrados de una extinta población de mastodontes en el área. La existencia de esos gigantes es narrada por muchos cronistas, y sus narrativas comparten la característica de describir a los gigantes como depredadores; primeros de comida y suministros y más tarde también de personas. Los relatos expresan que inicialmente, mujeres indígenas fueron asesinadas por los acercamientos sexuales en estos gigantes, razón por la cual los gigantes recurrieron a tener sexo entre ellos mismos. Una característica sorprendente de en las descripciones es que se decía que todos los gigantes eran hombres, sin que la ausencia de mujeres gigantes genere una explicación o racional:
* Algunos años habían pasado y estos gigantes todavía están en estos lugares; como no tenían mujeres, y las mujeres indias no les calzaban por sus tamaños, o porque era un vicio común entre ellos por consejo y apoyo del diablo mismo, ellos utilizaron el uno con el otro el (Nefando) pecado de la sodomía, tan horrendo y de graves consecuencias; el cual usaron y lo llevaron a cabo públicamente y al descubierto, sin temor a Dios y muy poca vergüenza de ellos mismos. Y todo los indios (naturales) declararon que Dios nuestro Señor , no habiendo querido ignorar tan horrible pecado, les envió un castigo de acuerdo con la fealdad del pecado (Cieza de León 1971: 206).
Como la representación histórica siempre “opera en un campo de enredados y confusos pergaminos, sobre documentos que han sido excavados y copiados algunas veces”, la verdad absoluta es más una fantasía productiva que una meta absoluta (Ver Foucault 1998: 269). Tomando en cuenta la hermenéutica histórica, estos relatos expresan los prejuicios particulares que los españoles acarrearon a su propia imaginación histórica y que siglos más tarde alimentaron la imaginación etnográfica sobre prácticas sexuales no occidentales. (Blyes 1995).
Los enchaquirados estaban lejos de ser una aberración, constituyendo un elemento social normativo, ritualmente prescrito, de la sociedad Manteño – Huancavilca y posiblemente de otras poblaciones prehispánicas. Es también evidente que normas sexuales estrictas fueron parte de las comunidades indígenas americanas del pasado, pero a diferencia de hoy, la homosexualidad estaba lejos del “crimen” o “pecado” como ha sido reificado en términos contemporáneos. Esta nueva interpretación histórica demanda una valoración de los discursos hegemónicos más amplios que estructuran todas  las interpretaciones del pasado. ( Wylie 1995).
Autor:
HUGO BENAVIDES
Departamento de Antropología, Fordham Univesity, Nueva York
benavides@fordham.edu

lunes, 27 de junio de 2011

HISTORIAS JAMÁS CONTADAS DEL GUAYAQUIL DE ANTAÑO

HISTORIAS JAMÁS CONTADAS DEL  GUAYAQUIL DE ANTAÑO

PARTE I

Hablar de  Guayaquil casi siempre es hablar del hombre y la mujer rebelde, o como Carlos Aurelio Rubira Infante  nos dice en su pasillo “Guayaquileño Madera de Guerrero, muy franco muy valiente jamás siente el temor”, pero hablar de Guayaquil y sus hijos también es hablar  de los y las GLBTI de los años 80 sus problemas, dificultadas, peripecias y hasta sus formas de sobrellevar a una población altamente influenciada por la Iglesia.

En este mes de JUNIO, mes de la resistencia GLBT, es interesante recordar cómo y quiénes comienzan a gestar en Guayaquil la lucha  libertaria de nuestras poblaciones GLBTI, apareciendo nombres como los de Orlando Montolla, Carlos Mora, Jairo Vinces y Angelo Anastacio Yagual.

Cada uno de estos Héroes  que sin importar  el incordio de la época, cuestionaron  la forma como se nos catalogo  por el hecho de ser Homosexuales, cuestionando de igual manera el estigma con el que  se nos etiquetó cuando el VIH-SIDA comenzó a cobrar sus primeras víctimas en el Ecuador.

Ángelo Ismael Anastacio Yagual, uno de estos héroes que aun vive en la ciudad de Guayaquil con más de 65 vueltas recorridas, estilista de profesión,  un hombre de orígenes muy humildes que emigro junto a sus padres  desde la pequeña parroquia de Posorja,  cuando  aún era un niño. Fue un niño humilde pero trabajador, que siempre sintió que el trabajo era la única manera de sacar a su familia  de la pobreza,  fue con orgullo heladero, canillista, betunero y  como dice el -todo lo que me permitiera llevar un bocado de comida a mi hogar-.

Ángelo conoció también lo que era la vida militar llego a ser uno de los primero Meritorios del Cuerpo de Infantería de Marina, experiencia que no pudo soportar por mucho, gracias a su amigo  “la china Javier” quien  logra convencerlo que no era ese su futuro.

Pasan los años  y todo lo que Ángelo conoció como una vida bohemia comienza a cambiar  cuando ya por el año 83-84 aparece una extraña enfermedad que comienza a llamársela “la enfermedad de las locas”  convirtiéndose esto en  una especie de cacería de brujas para con los –gais- y las –trans-. Las personas de la época emitían comentarios como (antes del Sida ustedes eran inofensivos, ahora son una amenaza), Ángelo junto a otros fueron víctimas de atentados, los apedreaban, les gritaban palabras soeces, fueron víctimas de una innumerable cantidad de  actos homófobos, solo por el hecho de ser –gais visibles-.

Es así como un grupo de idealistas se conocen y comienzan a realizar las primeras campañas de prevención contra  las ITS (Infecciones de Transmisiones Sexual) y el VIH-SIDA, Ángelo por su parte conformó células familiares en las peluquerías de sus amigos en  especial en la reciente inaugurada ciudadela Martha Bucaram de Roldos, siendo así como nacen las primeras campañas de prevención y buen uso del condón en el Ecuador.

Una nueva batalla se llevo a cabo por nuestro primeros activistas, esta vez la batalla era por  declarar LA INCONSTITUCIONALIDAD DEL ARTICULO 516 en su  inciso primero,  ya que hasta el año 97 todavía estaba penalizada las -relaciones homosexuales adultas consentidas-,   con penas que iban de 4 a 8 años, como lo establecía el código penal de la época,  Ángelo recuerda que el Tribunal Constitucional de esa época les solicito  mil firmas con sus respectiva copia de cedula para poder admitir a trámite el pedido de inconstitucionalidad, tarea nada fácil ya que los propios miembros de la comunidades gais eran quienes se negaban a firmar las solicitudes, por el miedo a que sus familias supieran de su orientación sexual.
El 25 de noviembre de 1997 el TRIBUNAL CONSTITUCIONAL  de esa época declara INCONSTITUCIONAL dicho artículo, convirtiéndose así al 25 DE NOVIEMBRE DE 1997  como la fecha que nos permitió ser libres del yugo opresor de los homófobos.

Un año después se logra introducir en la constitución de 1998 el artículo 23  numeral 3, donde se establecía “la no discriminación por orientación sexual”.

Esto es un poco la realidad que se vivió en el Ecuador por los años 80 y 90, realidades desconocidas por muchos e ignoradas por otros, realidades que no podríamos dejar pasar por alto, como tributo a nuestros primeros luchadores, quienes permitieron de alguna manera que hoy en día podamos tener una nación más incluyente y participativa,  un Ecuador para todos y todas.

Quiero pedirles a las nuevas generaciones, que el hecho de tener mas libertades, no quiere decir que nos podamos degenar.”
                                                                                  Ángelo Anastacio Yagual

Elaborado por:
Economista Carlos Isaías Álvarez Pacheco


Econ. Carlos Isaias Alvarez Pacheco
Cel. 085704830
Twiter: @isaialvarez


“Nada diferente ni especial, sino IGUALDAD ANTE LA LEY, punto,
ni una pizca más, ni una pizca menos.

miércoles, 11 de mayo de 2011

MATICES DE LA DESPENALIZACION DE LA HOMOSEXUALIDAD EN 1997

MATICES DE LA DESPENALIZACION DE LA HOMOSEXUALIDAD EN 1997


Es innegable que la despenalización del delito de “homosexualismo consentido”, tipificado en el artículo 516, inciso 2do del  Código Penal y anulado por el Tribunal Constitucional del Ecuador el 27 de noviembre de 1997, constituye un hito en el proceso organizativo GLBTI. Tanto así, que nos gusta pensar en el 27 de noviembre como Día Nacional de la Diversidad Sexual; una especie de fecha criolla que se contrapone al famoso “orgullo” de Stonewall, del 28 de junio.

Sin embargo, trece años de vida política post despenalización, invitan a repensar el “hito” GLBTI en varios sentidos. Leer críticamente la despenalización, cómo se dio y por qué, quiénes fueron sus protagonistas y qué implicó para ellos pasar de la noche a la mañana “de maricones a gays; de delincuentes a sujetos de derecho”, arroja luces sorprendentes sobre la década inmediatamente posterior, y sobre el momento actual.
Un primer hecho relevante es que, a nivel jurídico, la despenalización fue una victoria de forma pero no de fondo. El Tribunal Constitucional no motivó su resolución de anular el delito de homosexualismo consentido bajo criterios de libertad de conciencia, de autonomía y soberanía corporal, tampoco de respeto a la diferencia, a la intimidad, al proyecto de vida y a la identidad y menos aún por la consideración de que la diversidad fuera valiosa y tuviera relevancia en el ámbito de los derechos culturales. El 516, inciso 2do, se despenalizó bajo tres consideraciones:

primera, que el homosexualismo era una enfermedad,  segunda, que la condición de enfermedad eximía la responsabilidad delictiva; y , tercera, que despenalizar esta enfermedad evitaría que se propagara en las cárceles.

A nivel formal, por supuesto, la despenalización sencillamente abrió la puerta de un momento distinto de reivindicación de los derechos de la diversidad sexual como derechos humanos. Pero la resolución ya anunciaba que la primera década post – despenalización tendría que ocupar a las organizaciones activistas con la subversión de los criterios discriminatorios subyacentes. Doce años después, los criterios sustantivos  por los que debió anularse el artículo 516, inciso 2do, se han  juridizado e institucionalizado en gran medida y se van materializando socialmente también.

La constitucionalización expresa del carácter laico del Estado (2008), además, señala el camino jurídico para la eliminación de metajurídicos que aún encuentran ciertas trincheras formales, como el ámbito hasta ahora subjetivo de las contravenciones penales. De ahí la urgencia de su supresión en el que será el nuevo Código de Garantías penales.

Un segundo hecho importante es la revisión histórica de la despenalización es que el 516, inciso 2, sancionaba las prácticas sexuales consentidas entre hombres adultos. Jamás existió norma alguna en el Ecuador que sancionara las relaciones sexuales lésbicas o que sancionara la identidad de género trans. Respecto de la identidad de género, existía un afortunado vació conceptual y una desafortunada normalización de la represión de toda estética de género que se considerara “contraria a la moral y a las buenas costumbres” con base en las ya mentadas contravenciones penales. Respecto del lesbianismo, en cambio, “el legislador” siempre fue muy  falocéntrico y muy poco imaginativo. Entre lesbianas no podía haber delito de homosexualismo, por falta de “acto”.

La gran ironía es que la firma ciudadana que respaldó la histórica demanda de inconstitucionalidad del 516 fue una firma predominantemente femenina; al tiempo que la cara pública que reivindica “los derechos de los homosexuales” fue la de las trans femeninas. En definitiva,  mujeres (lesbianas, heterosexuales y bisexuales) y transgenero femeninas fueron protagonistas de una reivindicación de la soberanía del cuerpo de los hombres gays. No pensamos que esto sucediera con particular conciencia política. Al contrario, los lugares sociales del género y la clase seguramente imperaron una vez más. Las mujeres sin duda experimentarían menos censura social que los hombres a la hora de consignar una firma a favor de los derechos gays en 1997.

Las trans femeninas, como un colectivo que ha afrontado históricas desventajas socioculturales y extrema discriminación, sin duda tendría poco que perder al “dar la cara “ en el proceso de despenalización. Lo interesante es que estas realidades patriarcales y de clase son, precisamente, las que, años después, han empezado a politizarse. Y , al hacerlo, han diversificado un discurso GLBT hasta hace poco pensado como homogéneo. La corriente transgenero feminista a la que adscribe el Proyecto Transgenero es un ejemplo de ello.

Finalmente, un tercer aspecto retrospectivo de la despenalización dice de un saldo político.
En 1997, las trans femeninas aparecen en el imaginario público como un sujeto escandaloso y victimizado;  necesitado de una mínima protección legal y una mínima tolerancia social. Ese sujeto armoniza poco con la reivindicación ya menos tímida de otros derechos (incluidos derechos de familia) que ocupa al proceso GLBTI ecuatoriano en los años posteriores a la despenalización. Como resultado, se produce un desfase entre las necesidades trans y la agenda gay.

En definitiva, las corporaciones gays se benefician de la presencia trans en el proceso histórico de despenalización de la homosexualidad en el Ecuador y , sin embargo, una vez que esta se logra, pierden el interés por  reivindicar derechos básicos, al tiempo que las identidades trans siguen inmersas en problemáticas discriminatorias esenciales como las de la esfera laboral y de inquilinato o la esfera de la libertad física y de tránsito continuamente violadas. De ahí que lo trans se  constituya en una deuda del proceso organizativo de la diversidad sexual que sólo s e asume con conciencia de deuda, a los casi 10 años de la despenalización.

PROYECTO TRANSGENERO
http://www.proyecto-trangenero.org/

sábado, 30 de abril de 2011

SITUACION DE LAS PERSONAS TRANS EN ECUADOR


Por sus múltiples formas de disidencia del orden sexo género socialmente establecido, las identidades trans sufren formas igualmente múltiples, concurrentes y conexas, de represión social. Entre los tratos discriminatorios  en que se plasma el castigo social al transgenerismo, están la limitación de oportunidades, la violación flagrante de derechos empezando por el derecho a la identidad libremente expresada y a la exclusión  de las personas trans de ámbitos económicos, sociales y culturales.
De entre las identidades trans, las trans femeninas son el colectivo sexualmente diverso que más se ha visibilizado en el Ecuador, y que cuenta con cierto grado de organización política superior al de otras poblaciones trans, especialmente a partir de la década de los noventa.
Por ser su sexo de origen masculino, y ser entonces la preciada “masculinidad” la que socialmente transgreden, las trans femeninas son también el colectivo que mayor discriminación frontal ha experimentado en el Ecuador. Por frontal, nos referimos a las formas de represión institucionalizada ya violaciones particularmente visibles en cuanto tocan la esfera de la vida y ala integridad física, como : muertes, torturas, detenciones arbitrarias, represión brutal de la identidad y la imagen. Tratos crueles, inhumanos y degradantes.
Sin embargo, aunque es menos visible que la represión frontal, las trans femeninas experimentan, también, un proceso de etiquetamiento que, desde la adolescencia  o incluso edades más tempranas, desencadena un cierre casi total de oportunidades económicas, sociales y culturales, especialmente en las esferas del trabajo, la salud, la educación y dramáticamente, la vivienda en modalidad de inquilinato. En definitiva, las trans femeninas sufren una violación múltiple, conexa y compleja, de derechos económicos, sociales y culturales, más allá de aquella violación de derechos civiles que resulta tan notoria.
En cuanto a los trans masculinos, su principal realidad es todavía la de la extrema inbisiblilidad, con excepciones en ciertas localidades pequeñas y periféricas,sobre todo de la costa rural del Ecuador. La invisibilidad es un efecto histórico del patriarcado sobre las personas cuyo sexo de origen es el femenino. Muchos trans masculinos le apuestan a la que consideran su única estategia de superviviencia 2pasar desapercibidos” o “pasar por hombres”. Su intención es evitar represalias de sus círculos sociales, y evitar, sobretodo, las relaciones misóginas de sus empleadores cuando estos se enteran de que “son mujeres”; reacciones que en los cuerpos originalmente femeninos muchas veces implican violencia sexual,

En cuanto a los y las tansexuales ecuatorianas – muchos de ellos y ellas epxerimentan un modo especialmente físico y corporalmente violento la sanción a la “no pertenencia” a uno de los dos sexos – géneros. La no pertenencia transexual es menos ocultable que la de otros transgenerismos (dependiendo también de factores socio económico) en cuanto exhibe marcadas evidencias físicas de la práctica de una intervención corporal radical pocas veces acompañada de ayuda médica. El miedo a la irreversibilidad que marca numerosas experiencias transexuales, es un muchas ocasiones sólo compensado por la promesa de dejar atrás “lo trans.
En resumidas cuentas, una tiranía más del patriarcado es la necesidad social de muchos y muchas transexuales de negar la transición para convertirse en hombres o mujeres “normales”. A esto ha de añadirse la violación del derecho de las personas transexuales al acceso a la información y al consentimiento informado en las decisiones que involucran intervención corporal; incluidas cirugías de modificación genital muchas veces realizadas en contextos de negligencia médica, cuando no simplemente de lucro deshonesto.
Finalmente, la experiencia intersex en el Ecuador permanece escasamente reconocida como experiencia humana. Apenas en el año 2008 la intersexualidad es tomada en cuenta en el plan de igualdad una institución pública, que es el Municipio de Quito. En el 2009, la temática empieza a ser tomada en cuenta en medios de comunicación y surge una conciencia social incipiente acerca de la realidad de estos cuerpos distintos y el precio que pagan por su no pertenencia, la intervención corporal no consentida, el rechazo social y la dificultad de intentar adherir al orden de los cuerpos binarios al que no pertenecen.
CUERPOS DISTINTOS
Proyecto Transgenero
www.proyecto-transgenero.org

LO QUE SIGUE EN EL ARMARIO

LO QUE SIGUE EN EL CLOSET

Sin desconocer los avances en el tratamiento social y mediático de la diversidad sexual, la nueva visibilidad de “Lo GBLTI” – y en particular la presentación del actor político – tiene problemas a su vez nuevos. Hay , entre quienes tratan el tema con seriedad, cierta ingenuidad en el mejor de los casos, y facilismo en el peor, que resulta en la alusión frecuente y equivoca a un “movimiento”, “comunidad” o “colectivo” GLBTI nombrado casi siempre en singular, como si la experiencia GLBTI fuera una sola.  Hay También un predominio estratégico de las ONG´s  de hombres gays ligadas al trabajo en VIH (a nivel continental, incluso) cuyas agendas prefieren esa lectura homogenizante de la diversidad sexual. Su solvencia económica, considerablemente mayor que la de otros colectivos organizados, muchas veces contribuye a difundir una historia oficial que casi podía titularse “aspiraciones sociales unificadas de los ciudadanos GLBTI”. Indudablemente, este sesgo de “ciudadanía gay” prevalece sobre otras experiencias “G” y, no se diga, “LBTI”.
PROYECTO TRANSGENERO
www.proyecto-transgenero.org
info@proyecto-transgenero.org

BREVE RESEÑA DEL PROCESO ORGANIZATIVO TLBGI EN ECUADOR


1997 – 1998: La Asociación Trans “Coccinelle” y la Fundación FEDAEPS recogen firmas para que se despenalice la homosexualidad en el Ecuador. Un año después, gracias a la lucha del movimiento de mujeres, se recoge en la Constitución de 1998, que tendría una vigencia de una década, el principio de igualdad y no discriminación por orientación sexual.
1999: El Plan Nacional de Derechos Humanos, con su respectivo Plan Operativo de Diversidad Sexual, se convierte en la primera política pública que planifica líneas de trabajo en pro de los colectivos TLBGI. Incluye una subcomisión bipartita ( Estado y sociedad civil) que lidera el trabajo en la materia.
2000: Primer proyecto de ley ecuatoriano que toca derechos TLBGI se presenta  al Congreso Nacional. Se trata del Código de la Familia del visionario jurista Luis Parraguez, que propone “el matrimonio entre dos personas”. Su inmediata censura es un termómetro del conservadurismo imperante en el escenario legislativo de la época.
2002 – 2002: Las primeras tensiones políticas empiezan a surgir entre los colectivos. El despertar político lésbico, basado en la conciencia de una historia específica de invisibilidad, ve surgir las primeras organizaciones de mujeres lesbianas; Fundación Causana y la Organización Ecuatoriana de Mujeres Lesbianas (OEML).
2004: Catorce organizaciones de la sociedad civil con trabajo en diversidad sexual, bajo la plataforma “Acción contra la Discriminación” presentan la Ley Anti Discriminación y las Reformas Al Código Penal para tipificar crimines de odio por sexo, orientación sexual e identidad de género.
2005: Se lleva a cabo el Primer Encuentro Nacional Transgénero en la ciudad de Quito, el cual, marca el inicio de varios procesos de organización trans en el país, incluida la fundación de la Casa Trans, un año después.
2007: Se celebran los diez años de la despenalización de la homosexualidad en el Ecuador, bajo un segundo intento de plataforma política unificada que se llamará “Coalición Ecuatoriana de iniciativas GLBTI”.
2008 – 2009: Varios colectivos TLBGI participan en la construcción de la Ordenanza 240 del Municipio Metropolitano de Quito que entra en vigencia como la primera norma municipal del país que recoge el mandato de trabajar por la no discriminación por orientación sexual e identidad de género en la ciudad.
A trece años de la despenalización de la homosexualidad, las diversas organizaciones TLBTI DEL Ecuador, agrupadas ya en claras corrientes políticas, participan en el cabildeo de derechos en la Asamblea Nacional Constituyente de Montecristi. Instancias diferentes como la “Alianza Transfeminista de Precencias Incómodas”, el “Movimiento Ecuatoriano de Diversidades Sexuales (predominantemente lésbico – trans), el “movimiento Nacional GLBT (predominantemente gay), presentan sus propuestas a la Asamblea. Logran la inclusión de varias de ellas en la Contitución de 2008. Inmediatamente después, algunas personas TLBGI empiezan a participar visiblemente en la vida política nacional y a utilizar los nuevos mecanismos legales y judiciales de reivindicación de derechos.
CUERPOS DISTINTOS
Proyecto Transgenero
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jueves, 7 de abril de 2011

La comunidad GLBTI en Ecuador : 20 años después.



En este país, la comunidad GLBTI puede recordar fragmentos muy importantes de nuestra historia como minoría ciudadana: las señales cruzadas en aquel parque -El Ejido- de encuentros y desencuentros homosexuales, las burlas homofóbicas, la represión a manos de los “Escuadros Violantes”, la prisión luego de las redadas nocturnas, con el añadido de fotografía de prontuario en la crónica roja vespertina, los asesinatos impunes, la rabia muda de más de una madre, los crímenes de odio contra aquellos que siendo diversos fueron tachados y señalados por toda la prensa como “sodomitas”, para luego ser borrados oficialmente de la memoria colectiva.

El espíritu fiestero de un joven gay muerto por un crimen de odio a la salida de un modesto bar, se contrastaba con el desprecio y la indiferencia de una sociedad llena de escrúpulos.
Hace veinte y tantos años, descubrir el amor homosexual era encontrarse con espacios negados, ocultos, clandestinos. Lo fugaz del encuentro casual era la regla que hacía que la vida se vuelva verosímil. Se creaban mundos paralelos donde se luchaba contra la prohibición de los afectos. Venimos de una época en la cual la dominación cultural reducía el horizonte de los GLBTI al imaginario de lo masculino, lo blanco, lo heterosexual; se pretendió imponer un modelo que debía procrear un tipo de familia, de sociedad, de moral. 

Para principios de los ochenta, existían en Quito varios sitios homo-eróticos, de licencia sexual, donde los dueños se hacían de la vista gorda, y donde el cortejo ocurría con inmediatez y el erotismo se adaptaba a la estrechez de los tiempos. Un referente clásico es “el Hueco”.

Allí se reunía -y se reúne aún- toda la mariconería quiteña de distintas edades. Ahí los grupos de amigos marcan territorios; se refuerzan las fronteras de clase que diferencian entre gays amanerados de las élites, entre jovencitos clase-medieros y atractivos cacheros. Ahí están las travestis-rubias dueñas de peluquería y las transexuales-cholas que buscan clientes.

La realidad de la “comunidad” quiteña, y por extensión toda la ecuatoriana, es en realidad la de sus prácticas morales. Se nutre de  pequeñas y entretejidas discriminaciones estamentales.

Nadie se pudo librar, a los largo de estos veinte y más años, de la rígida jerarquía delimitada por el color de la piel, el dinero, la educación, el linaje. Y así ahora, en la segunda década de este nuevo siglo, se vive un “remake”, una repetición de los mismos cánones.

Ahora los jóvenes y adolescentes gay, en especial los de clase media alta y los pitucos, para no contaminarse y en claro afán discriminatorio, tienen su elitista espacio. Lo irónico es que este refinado “armario con música” está a media cuadra del ”Hueco”, a donde suelen regresar cuando la magia difusa de “Lady Gaga” pierde su pasajero “glamour”, o cuando sus hormonas agitadas les compele hacia un cachero bien dotado. Y claro, lo hacen cuando ya se aburren de admirarse entre sí, para determinar cuál es la “más bonita”.

Cuando Rock Hudson muere por un síndrome hasta entonces desconocido, el mundo da impulso a la lucha contra el SIDA y al mismo tiempo se reconoce que la homosexualidad no es una enfermedad. Pero en nuestro país, los medios se encargan de reforzar el estigma: “maricón-sidoso”. Localmente, poquísimos se atreven a “salir del closet”. La gran mayoría  buscó cumplir la tradición burguesa-heterosexual de montarse una familia con hijos, pues era la mejor forma de guardar las apariencias. 

La mirada moral del Estado intensifica su rigidez. Fueron años de violencia y represión contra las formas de sensibilidad que no observaban el status quo. El Estado persiguió a los sospechosos. Daba caza a las mujeres de vida licenciosa, a los intelectuales y rebeldes guerrilleros de izquierda, y por supuesto a los homosexuales, etiquetados de “locas”. Se cometen varios crímenes de odio a los abyectos. Los represores desfogaron sus frustraciones sobre aquellos que provocaban sus deseos-miedos más profundos. Fueron tiempos en que la sexualidad y el romance se debatían entre el dolor y el peligro. Encontrar el amor gay implicaba enfrentarse a los moralismos más conservadores de la sociedad.

Hoy, la homosexualidad ya no es un delito. Dejó de serlo cuando se derogó el Art 516 del Código Civil. Fue entonces cuando dejamos de ser “delincuentas”. A partir del año 1997 todo el “ambiente” se refresca. La clandestinidad deja de ser obligatoria y algunos asumen abiertamente su identidad.

Los gays maduros, aquellos que superamos la cuarentena, hemos vivido la realidad del Ecuador entre dos siglos, tres constituciones, dos conceptos jurídicos en el Código Civil, y varios gobiernos, la mayoría de ellos promotores de fobias.

Quito ha sido el escenario donde he vivido la moral pacata. Una ciudad quisquillosa con los que somos diferentes. Ahora la ciudad abre sus ojos llenos de culpa; despierta con resaca, pero no le duele la cabeza, sino el alma al recordar.  Quito hoy tiene chuchaqui moral, y continúa limpiando sus remordimientos. Esto sí es un buen cambio. 

Quito ya no quiere ser la ciudad curuchupa, la franciscana. Ahora Quito quiere ser la liberal, la de la diversidad, la pluricultural, la comelona, la glotona sexual. Es también la que se quiere recuperar del olvido, la que no tiene miedo a mirar su dualidad, la que puede mejorar su concepto de convivencia y respeto a las minorías, la que supera sus traumas egoístas, sus tabúes sexuales, sus miedos y trans-lesbo-homofobias. Todo esto es así mismo un buen cambio.

Por cierto, la realidad social, cultural, y sexual de Quito seguirá bajo el arquetipo de comportamiento de sus gentes. Quito y sus gentes: poco inocentes pero muy prudentes. 

Qué ha cambiado en los últimos veinte años? Hay pocos cambios, pero al menos son buenos cambios. Ahora los jóvenes se pueden exhibir, incluso con desparpajo. Ya no tienen que cargar con el estigma. Bueno sería que hagan conciencia de que su actual edén tuvo como antecedente el infierno que enfrentó mi generación.  Pero seguimos siendo, en su mayoría, un colectivo incapaz de entablar relaciones homosexuales públicas, tranquilas, respetuosas, sin apresuramientos. Seguimos siendo un colectivo con escaso interés en la cultura. 

Las mayorías siguen socializando a pie de calle, de estas calles benditas y malditas, aunque muchas organizaciones no gubernamentales borren de su discurso esta compleja realidad por su voluntad de blanqueamiento de “la comunidad” de gays, lesbianas, bisexuales, transexuales, trans-géneros e intersexuales; o por haber importado discursos para la organización de las diversidades sexuales en nuestro país. 

La Ordenanza 240 del DMQ, en su art. 5 adopta el 17 de Mayo como Día de la Lucha contra todas las fobias sexuales. Es un buena coyuntura para repensarse como comunidad GLBTI.

Manuel Acosta,
Quito, Abril del 2011.
dionisiosartecultura@gmail.com