LA HOMOSEXUALIDAD EN EL MUNDO PREHISPÁNICO
Y LA PERVERSIÓN DE LOS CONQUISTADORES EN
NOMBRE DE LA CRUZ.
Cuando lo españoles llegaron a lo que más tarde sería
conocido como la Nueva España, muchas costumbres de los nativos los
sorprendieron y aterraron: en especial los sacrificios humanos, una parte
fundamental de la religión de los aztecas. Además de ello, las pirámides, los
códices, el lenguaje, el arte, el oro, la plata, los animales exóticos y la
arquitectura de los pueblos mesoamericanos fueron un descubrimiento que los
fascinó y extrañó a partes iguales. Sin embargo, no fue lo único…
Las prácticas homosexuales, tan habituales entre los
habitantes de aquella época (y de todas las épocas de la humanidad), fueron de
su particular desagrado. Como ejemplo tenemos el fragmento de una misiva de
relación de Hernán Cortés al rey Carlos I de España: “…aun allende de lo que
hemos hecho relación a Vuestras Majestades de los niños y hombres y mujeres que
matan y ofrecen en sus sacrificios, hemos sabido y sido informados de cierto
que todos son sodomitas y usan aquel abominable pecado”.
Los españoles y los mismos mexicas reseñaron en
diversos textos la práctica del temazcal como ritual religioso purificador,
pero también como lugar de encuentro sexual entre hombres y mujeres por igual:
"Y acontecía meterse en este baño (temazcal) muchos hombres y mujeres, y
allá dentro, con la calor, hombres con mujeres y mujeres con hombres y hombres
con hombres, usados ilícitamente. En México había hombres vestidos en hábitos
de mujer y éstos eran sométicos y hacían los oficios de mujeres, como tejer e
hilar, y algunos señores tenían uno y dos para sus vicios”. Este fragmento
pertenece al códice Tudela, escrito entre los años 1533 y 1554.
En todos los poblados por los que las caravanas de
soldados españoles pasaron, existía la permisividad de la homosexualidad y de
los hombres ataviados como mujeres. Gran parte de esas expediciones que
llegaron a México tenían a frailes y evangelizadores en sus filas, por lo que
no es de extrañar el escándalo que estas prácticas “ilícitas” causaban entre
ellos. La libertad sexual era vista como un gesto pecaminoso y rápidamente se
ganó el repudio de unos conquistadores que ya tenían en la mira a los nativos
como seres salvajes y de escasa educación.
“Pecado nefando” es el término que los españoles
utilizaron para referirse a la homosexualidad entre los pueblos mesoamericanos.
Esta práctica “polémica” no era la única que se llevaba a cabo. Entre los
zapotecos existía un grupo sexual denominado “muxe” (considerados como un
tercer sexo), quienes tenían la misión de iniciar sexualmente a los muchachos
jóvenes. Este grupo se conformaba sólo de hombres, ya que las mujeres debían
llegar vírgenes al matrimonio. Los mayas eran permisivos con la homosexualidad,
que era mejor vista que el sexo prematrimonial. Altos jerarcas y sacerdotes la
practicaban y la veían como un gesto normal.
Sin embargo, la homosexualidad estaba esparcida en
otras partes del continente americano: en el imperio Inca se llevaban a cabo
piezas artísticas en las cuales se retrataba la práctica sexual entre hombres.
Los conquistadores hallaron estatuillas hechas con oro puro donde los hombres
realizaban cópulas anales. Escandalizados, derritieron estas piezas y se
aprovecharon del material con el que estaban hechas para aumentar sus riquezas.
Innombrables prácticas represoras contra los
aborígenes comenzaron a suscitarse para erradicar lo que los españoles
consideraban pecaminoso: cuando Vasco Núñez de Balboa arribó a Cuarecua (en la
actual Panamá), fue testigo de actos sodomitas en el hogar de un importante
cacique: “en ella sorprendió al hermano del cacique vestido de mujer y a otros
muchos acicalados que, según atestiguaron los vecinos, eran invertidos. Mando
el capitán español entregarlos en número de cuarenta a la voracidad de los perros...".
Este fragmento pertenece a “Décadas”, una de las tantas crónicas que se
escribieron sobre el descubrimiento del Nuevo Mundo, cuyo autor es Pedro Mártir
de Anglería.
Con la llegada de los españoles a esta parte del
mundo, los ritos y prácticas sexuales considerados indebidos comenzaron a
sufrir modificaciones debido a la censura religiosa y la imposición de nuevos
códigos morales. Severos castigos se impusieron hacia aquellos que se
obstinaran en seguir bajo estos esquemas de “aberración física”. Poco a poco,
la homosexualidad pasó a ser un comportamiento intolerable y mal visto por la
sociedad. Los pueblos mesoamericanos no sólo fueron despojados de sus dioses,
sus costumbres, su lengua y su identidad sino, al mismo tiempo, de la libertad
de elegir su sexualidad.
La diversidad sexual es un tema que ha acompañado a la
humanidad desde que comenzó el descubrimiento de su naturaleza y su identidad.
En casi todas las sociedades del mundo, la homosexualidad ha sido vista por
algunos hombres y mujeres como un comportamiento transgresor e ilícito, motivo
de diversas disputas para imponer un pensamiento opresor en aquellos que
simplemente tienen una identidad diferente a la socialmente aceptada.