domingo, 27 de noviembre de 2022

25 AÑOS DE LA DESPENALIZACIÓN DE LA HOMOSEXUALIDAD "NO ALCANZAN"

Las deudas con los derechos de la población Lgbtiq+ continúan pendientes en Ecuador.

Cupo laboral, acceso a servicios públicos de salud, enfoque de género en el sistema educativo son algunas de las deudas pendientes que Ecuador tiene con la población Lgbtiq+.

Lo recuerdan las organizaciones y activistas que luchan por vivir su orientación sexual, identidad y expresión de género libremente, pero también con dignidad.

El 27 de noviembre de 1997, el Tribunal Constitucional declaró la inconstitucionalidad del primer inciso del artículo 516 del Código Penal de la época. En él se establecía que las relaciones entre personas del mismo sexo eran un delito que se debía pagar con cuatro a ocho años de prisión.

Con eso se puso fin a más de 100 años de criminalización de la homosexualidad. Se consiguió gracias a las demandas de colectivos Lgbtiq+, que se organizaron frente a los abusos policiales.

La falta de derechos de esta población es una preocupación para organizaciones que hoy trabajan, por ejemplo, para aportar en la Asamblea Nacional y garantizar el cupo laboral trans. También gestionan atención gratuita en salud y realizan capacitaciones.

La política pública enfocada en diversidad sexogénero diversa también es una arista de trabajo. Diálogo Diverso, junto al Instituto Nacional Demócrata, por ejemplo, promueven el proyecto Democracia en Diversidad, con el objetivo de fomentar la participación política Lgbtiq+. Esto, a través de capacitaciones en derechos a partidos y movimientos políticos.

Otra gran deuda es con las personas trans que vivieron la penalización, representadas por las históricas Coccinelle, cuyas sobrevivientes conformaron la Fundación Nueva Coccinelle.

Las perseguidas, violadas y torturadas por su identidad de género en los años 80 y 90 demandaron al Estado ecuatoriano en 2019 por los crímenes de lesa humanidad que vivieron, pero no tienen respuesta. Varias ya murieron sin reparación y en condiciones de vida precarias.

‘Tenía en mente que había que luchar’
Kruz Veneno (Pablo Gallegos)

Comenzamos el taller de formación drag queen en 1996. Antes existían los chicos que hacían shows de imitación y cosas así, pero eso nada tiene que ver con el drag.

Un costarricense que vino al Ecuador nos enseñaba todo lo que conllevaba el drag, el histrionismo, la exageración y todo el lado teatral protestatario. Fue la coyuntura perfecta, porque estábamos en la época de penalización. Luego de la despenalización, no nos sentíamos preparados. No salimos como drags sino hasta 1998.

Recuerdo que recibir la noticia de la despenalización fue un fiestón. Lloramos, nos abrazamos, era como haber metido un gol en un partido de fútbol. Pero en los siguientes meses nos quedamos como traumados, por así decirlo. Veíamos a un policía y nos poníamos a la defensiva, porque no habíamos tomado conciencia de que estábamos libres.

Ya luego salimos nosotros a las calles con los personajes drag, pero siempre recibíamos insultos de la gente. Pero por otro lado estaban los aplausos y eso me alentó a decir que aquí estaba y no me importa nada. Aun así, sí tenía miedo de que nos agredieran.

Siempre tenía en mente que había que luchar. Muchas veces vi, ya después de la despenalización, como las gaseaban a amigas trans que caminaban por la calle.

‘No podíamos hablar con nadie’
Francisco Guayasamín

Los hombres gais tardamos en dar la cara en el Ecuador. Quienes estaban al frente eran las personas transgénero, pero lastimosamente la sociedad las llamaba travestis.

En el 97 teníamos mucho miedo de decir soy gay. Si eras de clase media o alta, podías salir del país. Acá no podías conseguir trabajo fácilmente. Y solo tenías dos opciones: o te callabas y te casabas o te volvías religioso.

Nosotros no podíamos hablar absolutamente con nadie sobre el tema. Creíamos que éramos el único en esta situación, porque había miedo a represalias. La palabra gay casi ni se escuchaba.

Nos decían homosexuales y eso era peyorativo. Eras un enfermo, un depravado, un pecador. Yo fui testigo de amigos que se suicidaron por esto; era un sentimiento de que si mi familia se entera, prefiero estar muerto. A mí me botaron de la casa por ser gay, me robaron, me dejaron en la calle.

En ese entonces me uní a una fundación y organizamos un Orgullo Gay. Éramos 12 personas y era chistoso que la mayoría de gente ni siquiera conocía qué era la bandera gay.

Hacer todo esto fue arriesgarme a perder todo contacto con mi familia, a perder un montón de cosas. Pero también fue algo que me hizo ganar mi dignidad.


‘Se necesita despenalización social’
Sandra Álvarez

En de la población Lgbtiq+, las lesbianas somos de las más estereotipadas. En el imaginario social hemos renunciado a la maternidad y somos competencia de los hombres.

Cuando tenía 15 años fui expulsada del colegio religioso en el que estudiaba. Dijeron que para precautelar la integridad de mis compañeros. Luego, en el año 95, con mi pareja fuimos víctimas
de una agresión por parte de la familia de ella, con una gravedad tal que tuvo que ser operada.

Abogados nos aconsejaron que no sigamos un proceso judicial, porque se iba a conocer que éramos pareja y podíamos tener uno en nuestra contra.

Para ir a una discoteca, yo llegaba con un amigo y mi pareja con otro amigo. Una vez que estábamos adentro con nuestras verdaderas parejas, cuando se prendía una luz que todos conocíamos, cambiábamos de manera que la Policía entraba y veía una discoteca heterosexual.

Tener que vivir una doble vida es difícil. La libertad que tenían las parejas heterosexuales para desarrollar sus sentimientos era como una añoranza de quienes no éramos y no somos hétero.

Hoy, como prioridad, lo que necesitamos es la despenalización social de la homosexualidad. Eso implica acceder a derechos a los que todavía no podemos.

‘Parece que los 25 años no pasaron’
Nebraska Montenegro

Pareciera que no han pasado 25 años desde cuando comenzamos la lucha por la despenalización, porque tenemos la misma discriminación y homofobia. Todavía estamos marginadas. No tenemos completamente nuestros derechos porque, igual, son vulnerados.

No tenemos por lo que hemos luchado: un espacio laboral, una educación digna y una vivienda. Pensábamos que ya habíamos ganado mucho con la despenalización, pero creo que en vez de adelantar vamos retrocediendo, porque estamos casi igual.

En los años 90 vivimos una ‘pandemia’, por eso nos llamamos las sobrevivientes. No podíamos ir a un restaurante, a una discoteca, a un bar. Mucho menos a un hospital, porque decían que estaban poniendo una inyección letal a todos los homosexuales.

Nadie quería ir a un hospital. Nos llevaban al SIC, que era en la Montúfar, nos torturaban con electricidad, nos ponían gas. Cuando nos detenían, en la cárcel no éramos personas sino animales, porque así nos trataban.

En el día teníamos que vestirnos ‘normal’, porque si andábamos como travestis en la calle nos detenían. Hoy tenemos una ‘libertad’, entre comillas, pero aún hace falta entender lo que dice la compañera Nua Fuentes: “cuerpos distintos, derechos iguales”.

LA PENALIZACIÒN DE LA HOMOSEXUALIDAD EN EL SIGLO XIX

En 1871, el Código Penal introdujo la penalización de la homosexualidad bajo la figura de la sodomía. Las personas podían ser condenadas desde cuatro hasta 12 años, dependiendo de las circunstancias, o si estaba involucrado un menor de edad. La legislación era tan severa, que si un padre de familia era sentenciado este podía perder los derechos sobre sus hijos.

LA LEGISLACIÓN A LO LARGO DE LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX

En el Código Penal de 1906 se mantuvo la figura de la sodomía como objeto a ser juzgado.
La reclusión podía extenderse hasta los 12 años, dependiendo del caso. Para 1936, el término sodomía fue reemplazado por homosexual en la Legislación ecuatoriana en el Código Penal, bajo el artículo 491, que posteriormente se convirtió en el artículo 516.

LOS HECHOS VIOLENTOS EN CUENCA EN 1997

El 14 de junio de 1997, en el bar cuencano Abanicos se realizó una redada por parte de la Policía Nacional. Las personas que fueron detenidas esa noche denunciaron posteriormente torturas, abusos y violaciones por parte de los oficiales y reos, lo cual llevó a manifestaciones lideradas por miembros de la comunidad trans y organizaciones civiles.

* Yadira Trujillo y Diego Ortiz
https://www.elcomercio.com/tendencias/sociedad/despenalizacion-homosexualidad-ecuador-poblacion-lgbtiq.html 


jueves, 27 de octubre de 2022

MACHOS Y MACHISMO EN "ECUADOR"

 


La caricatura que todos hacemos de todos quiere que el machismo sea patrimonio exclusivo de los latinoamericanos. Quienes nos lo atribuyen olvidan a nuestros maestros los turcos, árabes, japoneses, italianos: baste recordar que los movimientos de emancipación o liberación de la mujer jamás cobraron entre ellos el vigor que siguen teniendo en otras sociedades. Mas de la caricatura, como de la calumnia, algo queda, y es para siempre;  nadie nos quitará el descrédito creado quien sabe por quién, a más de nosotros mismos. 


Pero semejante confusión histórica y geográfica aparte, si parece más nuestro ese prototipo de “macho”, que poco tiene que ver con el machismo. Para comenzar, no sigue un comportamiento, sino que ofrece un espectáculo que, por su propia naturaleza no es ni puede ser constante sino intermitente u ocasional: el macho adopta su actitud de bravucón cuando puede exhibirla, necesita de un público ante el cual lucirse, tal como el que ofrecen los espectadores de una riña, los miembros del Congreso Nacional, los consumidores de televisión. Y como si esa actitud correspondiera a una falta de virilidad física y hasta moral, ciertos políticos - los libaneses y los de la Costa no son los únicos, pero entre ellos se los encuentra más comúnmente llevando a su ámbito una actitud de origen popular - tienen una curiosa necesidad de proclamar e insistir. con demasiada frecuencia, en que son “muy machos”, “muy hombres”, que adoptan “actitudes viriles” - en oposición a sus rivales, que son, no faltaba más, “homosexuales”. 


Basta ver en cada campaña electoral lo que escriben en las paredes de la ciudad: - “Con los pantalones bien puestos” - Olvidando que hoy en día también los llevan las mujeres- y que se los encontrará en cualquier terreno, - “Como varón”- aludiendo fundamentalmente su disposición para el puñetazo, el puntapié o el disparo. 

(Un eterno aspirante a la presidencia de la República ha declarado, quizás para demostrar sus aptitudes para el cargo, que un presidente debe tener “cerebro, corazón y solvencia testicular”, a la que, en su caso, se añade, además, una solvencia mingitoria.). 


Por eso nunca dan a nadie la sensación equivocada de que se trata de hacer alarde del conjunto de condiciones anatómicas y fisiológicas que caracterizan a cada sexo, que es la primera definición de sexualidad. porque semejante reiteración de hombría y otras formas de propaganda, que solo por error puede parecer sexual, hacen pensar, antes que, en un
exceso, en una falta de atributos: ¿es que, si no lo gritan, si no lo exhiben- un juez de Galápagos, ebrio, se desnudó en el salón principal de un buque escuela ante varias personas-, si no lo repiten no se advertir que “son muy hombres”, físicamente hablando, que es lo que les interesa?


Nadie proclama a los cuatro vientos, que es muy inteligente: hacerlo sería su propia negación.


De ahí, también, que nadie asocie el “macho” con el amor, ni siquiera con la lujuria: ante su fanfarronada de guapo y su relación con la mujer no hay más nexo que la ostentación de su capacidad para conquistarla únicamente en tanto que “buen puñete”. El “macho” no es un seductor, ni un amante afortunado, ni siquiera un semental, sino el que vocifera puesto que el grito sustituye en él a las ideas, el que aguanta el dolor (“como macho”; por eso, en una situación similar, se dice de la mujer que es “muy macha), castiga la ofensa (“como hombre”), rechaza la solidaridad o la ayuda, porque se basta por sí solo: en eso, únicamente en eso, pues le falta coraje para lo demás, se asemeja al “llanero” o cualquier otro cowboy, siempre solitario. Consecuentemente, no representa a nadie sino a sí mismo: ése es su “valor”, la condición misma de su hombría, y eso es el cacique político, que colma su soledad y su vacío de individuo con palabras llenas de significado colectivo: habla del pueblo, de la patria, de los pobres. Siguiendo ese punto de vista, la brutalidad en grupo de las bandas o pandillas, generalmente de jóvenes - así comenzó en Alemania el fascismo-, demostraría que están formadas por machos venidos a menos o que no llegaron a serlo enteramente: de machos cobardes, en el fondo, aunque solamente en apariencia sea una contradicción de principio: en muchos casos el provocador termina por mostrar su cobardía.  Porque esta resulta de la unión del machismo y el poder, cualquier clase de poder - se trate de un obscuro secretario de la Administración o del matón o delincuente urbano, del ministro cerril o de su guardaespaldas, del chofer de autobús o del policía sobornado-, igual que la estolidez que muestra sus uñas en el racismo, el regionalismo, la agresividad gratuita, la ironía idiota. 


Nadie, ni siquiera él asocia al macho con la masculinidad: le falta inteligencia para eso, no tiene nociones de ética ni de pensamiento, no puede reconocer en sí mismo rasgos o atributos que suelen existir también en el prototipo femenino: su brutalidad se ejerce además, y hasta de preferencia, contra la mujer, lo que para él no menoscaba sino que estúpidamente reafirma la autoapreciación de su valentía: ha demostrado que sigue siendo el que manda, aunque para ella sea ésa, más que cualquier otra, la expresión acabada de la cobardía, por lo que lo llamará sin más “maricón”

Entre abril de 1994 y octubre de 1996, se formularon más de 23.000 denuncias por agresiones contra las mujeres entre las que el maltrato físico y psicológico alcanzó el 87 por ciento, mientras que el sexual superó el tres por ciento”. Entre los agresores, todos machistas, y además machos, figuran los trabajadores informales, empleados asalariados, profesionales, así como policías y militares quienes no gozan de fuero alguno si son citados a las Comisarías de la mujer. 


Según el Centro de investigaciones de la mujer ecuatoriana, el 73% de mujeres son golpeadas por sus cónyuges; de ellas el 37% son golpeadas por lo menos una vez al mes y, en algunos casos, diariamente: el 12% asegura n que fueron agredidas sin motivo alguno; el 54% de mujeres maltratadas presenciaron escenas de violencia doméstica en su infancia, el 78% recibieron golpes cuando eran niñas; el 17% huyeron de sus hogares, por razones de violencia, en su infancia. 


Es evidente que estos datos no comprenden a las indias, puesto que no acuden a tales oficinas ya que la justicia, inclusive ésa, la imparten y administran, en español, blancos o casi, y porque, con un lugar común como ejemplo de sometimiento, suelen justificar el maltrato diciendo: “Para eso es marido: para que pegue” (Asunto que fue enseñado por los religiosos católicos a los indígenas, cuando estos, que también creen en un Dios machista, llegaron por estas tierras).

El macho ignora que “la relación sexual es el acto más íntimo y bello entre dos seres”, según decía el romántico Karl Marx. Por el contrario, incurre en el exhibicionismo torpe, sombrío, sórdido - y la jactancia denota. ¡Además o ante todo? su desprecio de la mujer,
tratando de recompensar la incapacidad de erotismo con la proclividad a la pornografía.
(Sería interesante analizar los motivos secretos que llevaron a algunas autoridades secundarias de la Municipalidad de Quito, ayudadas por señoras muy diligentes, a tratar de prohibir el Primer Festival de Erotismo en diciembre de 1998).  


Aunque las confesiones de Alfredo Adoum, ministro, evidentemente de Bucaram, recogidas por todos los periódicos del país, son harto conocidas, cabe reproducirlas como muestra de lo cotidiano del lumpen erigido en exceso y de la prolongación oficial que puede tener un comportamiento generalizado en los sectores que la integran, como se desprende de las denuncias en las Comisarías de la mujer y la familia: “Hubiera querido vivir en esa época de las cavernas. La mujer que me gustaba la cogía del moño y me la llevaba a la cueva y me la comía. Satisfacía mis apetencias sexuales y mis apetencias biológicas, porque en esa época se comía a las mujeres en ambos sentidos”. (En la misma ocasión hizo un autorretrato: “A veces digo que la única diferencia entre el hombre de Cromañón y Alfredo Adum es la ropa”).


A diferencia de la caricatura mexicana que puede servirle de modelo - la argentina, después del apogeo del compadrito exaltado por Borges, es más bien verbal y está, en parte, desmentida por el llanto del varón en el tango a causa de la mujer, trátese de una percanta o de una bacana- , el “macho” va usualmente desarmado, mas cuando es dirigente político- y aquí el cacique es el macho por excelencia o el diputado que lleva consigo una pistola, revólver, látigo o arroja a la cabeza de otro lo que encuentra  a mano, sea botella o cenicero, como rúbrica de sus amenazas. Pero se acobarda ante las “barras” que no han sido llevadas por su partido, y no es raro que vote como ellas exigen cuando se trata de la modificación, sin otro argumento que su gritería, de algún proyecto de ley. 


Curiosamente, no se encuentra un estereotipo femenino opuesto al macho. Sería, en principio, la hembra, pero el término tiene connotaciones referidas casi exclusivamente al cuerpo, más aún cuando se habla de una “real hembra”, lo que podría desvirtuar el modelo, ya por una actitud despectiva, ya por una exaltación de orden sexual. No es imposible que el macho se jacte de tenerla: “Mi hembra” significa mucho más que “mi mujer”: Entraña triunfo de la conquista, la ostentación de la propiedad apetecida por todos los de su calaña y cierta garantía de independencia que de algún modo pierde, pese a hacer alarde de su libertad, el marido respecto de la “esposa”, lo cual no sucede con la amante o “concubina”. 


Para el “macho”, y para gran parte del país el arquetipo de mujer reúne cualidades de “decente” en el sentido de recatada sexualmente, sumisa, sufrida y, sabido es que se le han atribuido tradicionalmente las tareas de madre, esposa o hija.  Pese a ello, en las reuniones sociales, prácticamente de todas las clases sociales, subsiste hasta hoy entre hombres y mujeres la costumbre de formar grupos separados.  Un criterio machista lo atribuía al hecho de que las mujeres no podían participar en conversación de los varones, sobre todo fútbol, política, arte, literatura, como si a todos los machistas les interesa la cultura. 

Pero semejante explicación o excusa no es válida cuando en el grupo de mujeres hay profesionales o funcionarias de mayor rango que su marido: son aquellas de quienes, por ser inteligentes, el machismo dice que “parecen hombres.” 


Si todos los defectos del poder: absolutismo, despotismo, nepotismo, irrespeto a los derechos humanos, corrupción desmesurada, etc, parecieron exacerbar en un gobierno derrocado por un número de voluntades mayor que el de sus electores, ello se debe a que en sus integrantes, colaboradores, asesores, sirvientes y esbirros se exacerbaron también los atributos del “macho”, tales como la inmoralidad, la fealdad de espíritu, la obscenidad, y una sexualidad sucia. Tal es el punto donde se juntan la sordidez con la vulgaridad, las agresiones contra la ética y la estética. 


Qué pensar de ese candidato presidencial tenaz cuyo más profundo análisis ideológico de sus adversarios políticos fue decir, de uno, que - tiene testículos más pequeños que los suyos” y de otro, - que su esperma es aguado - sin que nadie le hiciera notar porque él sabía eso. 


Tampoco relacionan con toda esa basura sexual el gesto obsceno del típico macho, con aquel jefe de Estado que afirmó que “le gusta las negras de esmeraldas con las cuales mantiene romances de burdel”, y presumió al levantar el borde de la falda de la candidata a la vicepresidencia, mientras preguntaba a los electores potenciales - ¿Verdad que tiene lindas piernas? 


Igual que el escándalo suscitado por un ministro, aprovechado la aglomeración de fanáticos de un cantante español, por la pérdida de unos calzoncillos, agregando que seguramente los habrá robado un homosexual, y el mismo dijo a los periodistas que - eran defensores de los gays”. Para estos políticos meter presos a los gays, torturarlos, les da la categoría de ser “muy machos”. 


Para Ernesto Sábato, el sexo es una forma de poder, pero el poder político o económico generalmente es ejercido por los varones. Mientras que las mujeres se convierten más en un atractivo sexual, en el cual son conducidas a la obediencia o a la dominación.


Tomado de ECUADOR, Señas particulares de Jorge Enrique Adoum.


lunes, 14 de marzo de 2022

CRONOLOGÍA DEL MOVIMIENTO TRANS EN ECUADOR

 



Años 70: Existe la especialización de la homosexualidad. Lo trans se equipara penalmente a lo homosexual en la medida .

En que se verifiquen relaciones “entre dos machos”. Los transgéneros tienen apariciones esporádicas en la crónica roja.

Años 80: Se sigue en el contexto que la homosexualidad es penalizada. Los medios de comunicación tan solo se encargan de visibilizar a los transgéneros en la crónica roja y el discurso médico como “anomalías”. El abuso policial contra los trans queda impune. La única mención de lo que es el travesti en el plano de la psiquiatría es tratada como que fuera un “fetichismo”.

A mediados de los ochenta y mediados de los noventa: Las primeras organizaciones GLBT como SOGA y FEDAPES hacen una incursión tímida en los derechos de los GLBT. La bandera de estas organizaciones es la lucha contra el “SIDA” debido a que este campo es más remunerable económicamente. Tan solo se trata en las organizaciones GLBT los derechos en cuanto a salud y la integridad física.

1995 Y 1997: Los movimientos de mujeres logran visibilidad y también defienden los derechos humanos de las personas trans. Existió un apresamiento masivo de travestis en Cuenca y posicionamiento público del tema.

1997: Anulación parcial del artículo 516 (anulación del segundo inciso) y consiguiente despenalización de la homosexualidad masculina en Ecuador. Es importante recordar que la homosexualidad femenina nunca estuvo penada.

1998: El Artículo 23.3 de la Constitución consagra la igualdad ante la ley de los GLBT. La inclusión de la no discriminación por orientación por orientación sexual es un logro de la Constituyente que posiciona a nuestra

Carta Política como una de la más avanzadas del continente en materia de diversidad sexual (y segunda en el mundo en contener una norma específica, luego de Sudáfrica). Sin embargo, no se incluye expresamente la no discriminación por “identidad de género”; si bien se desprende tácitamente de la misma norma.

24 de Junio de 1988: La diversidad sexual se convierte oficialmente en política de Estado a través del Plan Nacional de Derechos Humanos, con rango de Derecho Ejecutivo.

1998 – 2001: Años de transición (en Quito y Guayaquil) del “discurso del SIDA” a un discurso de derechos. Introducción de la terminología “GLBT” y cuestionamientos sobre como importamos los discursos extranjeros.

Lo trans se toca periféricamente, como de hecho, también lo lésbico y lo bisexual en el discurso de las organizaciones.

2000: El Proyecto del Código de la Familia es la primera propuesta de norma secundaria en el Ecuador, que aborda el tema GLBT, pues propone eliminar el requisito de la diferencia de sexo entre contrayentes de la institución matrimonial.

2001: Quiebre en el movimiento GLBT ecuatoriano; especialmente un quiebre lésbico. Varios discursos heterogéneos se empiezan a visibilizar, abordando necesidades propias de cada identidad y de cada realidad ecuatoriana. Alejamiento de las organizaciones GLBT y separamiento de organizaciones Trans y otras que se dicen se solo Gay y Lésbicas. La cuota política que significó que las travestis dieran la cara pública en la despenalización de la homosexualidad se vuelve evidente: y la brecha en el goce de derechos (Homosexuales versus transgénero) también.

En el ámbito estatal, la Subcomisión de Diversidad Sexual del Plan Nacional de DDHH se abre a nuevas organizaciones GLBT.

Junio del 2001: Se redactan los primeros “Planteamientos Jurídicos GLBT en el Marco del Plan Nacional de Derechos Humanos, que contienen una propuesta de reformas a distintos cuerpos legales, y que evolucionará en los siguientes años.

Enero a Junio del 2002: Enorme acercamiento político entre principales activistas GLBT, Es más un acercamiento entre personas que entre regiones, y, por lo tanto, sucede en una esfera elitista.

Se aborda en este punto la necesidad de incursionar en propuestas de legislación anti-discriminatoria.

2002 en adelante: Debido a que las organizaciones GLBT están dedicadas más al activismo en VIH/SIDA, hace que esto impulse el surgimiento de varios grupos transgéneros políticamente organizados en provincias muy diversas del país. Debilidades evidentes en esta segunda escuela del SIDA.

Agosto a Noviembre del 2002: En talleres impulsados por el PNUD, se conforma la nueva Subcomisión de Diversidad Sexual con participación plural.

Diciembre del 2002: Se publica el Plan Operativo de Diversidad Sexual 2003 al 2005 recogiendo los aportes de varios sectores de la sociedad civil en cuatro regiones del país.

Diciembre del 2002: Se constituye la Coalición GLBT del Ecuador, pensada inicialmente como espacio de concertación.

En que se pudieran proyectar los objetivos del Plan Nacional de DDHH y rebasar los mismos hacia una agenda política GLBT.

2003 y 2004: Se redactan varios proyectos de ley pro-diversidad sexual. Inician las primeras jornadas jurídicas en el país (talleres de legislación y litigio entre varias organizaciones GLBT). Se empiezan a abordar especificidades de lo trans: las lesbianas empiezan a celebrar encuentros nacionales y hacer pronunciamientos acerca de sus necesidades jurídicas propias. Existe una moderada incursión en la judicialización de casos GLBT en ciertas instancias jurisdiccionales: procesos internos en la Policía, denuncias de maltrato, casos en comisarías, casos lésbicos de tenencia, etc.
Se arma la coalición de organizaciones “Acción contra la discriminación (ACD)”.

22 de Junio de 2004: ACD presenta al Congreso Nacional un Proyecto de Reformas al Código Penal para la tipificación de conductas homofóbicas, lesbofóbicas y transfóbicas. Por primera vez se aborda en una propuesta de ley ecuatoriana la especificidad trans.


Julio de 2005: Reformas al Código Penal introducen discriminación como circunstancias agravante específica en la comisión de delitos (anteriormente, la existencia de la agravante genérica permitía teóricamente, que un juez agrave una pena por verificarse la transfobia pero, por supuesto, nunca se dio ). Además se introduce la sanción a la apología de delitos por parte de medios de comunicación. Estas dos reformas ofrecen protección a los sujetos trans.

sábado, 5 de marzo de 2022

ECUADOR SE ADHIERE A GRUPO DE APOYO LGBTI DE LA OEA

 


Ecuador se adhirió al Grupo de Apoyo para los Derechos de las Personas Lesbianas, Gais, Bisexuales, Trans e Intersex (Core Group LGBTI) de la Organización de los Estados Americanos (OEA). La adhesión se realizó en consonancia con su compromiso para la protección y promoción de los derechos humanos.

El Core Group tiene por objeto coordinar esfuerzos para avanzar en la agenda de derechos LGTBI en el marco de la OEA, a través de la promoción del diálogo político, cooperación e intercambio de mejores prácticas entre los estados miembros.

El ingreso de Ecuador se hizo efectivo el 11 de marzo de 2019. El Grupo está conformado además, por Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Estados Unidos, México y Uruguay.

Ecuador multiplica así sus esfuerzos en materia de respeto a los derechos humanos de las personas LGBTI y fortalece su política nacional e internacional en apoyo a los grupos minoritarios. En 2018, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) destacó los avances registrados en varios países de la región, incluido Ecuador, en lo atinente a derechos humanos de las personas LGBTI.

Como parte del Core Group, Ecuador y los otros 10 países que lo conforman, se comprometen a liderar y patrocinar resoluciones de la Asamblea General de OEA que garanticen el pleno ejercicio de los derechos humanos de las personas LGBTI, sin discriminación por su orientación sexual o identidad y expresión de género.

Asimismo, el Core Group apoyará la implementación de los mandatos contenidos en dichas resoluciones, así como en otros instrumentos del Sistema Interamericano.