lunes, 11 de diciembre de 2023

TENÍA 19 AÑOS Y YO ERA "ILEGAL" EN ECUADOR

“En todos esos años hasta 1997 la homosexualidad era un delito tipificado por el Código Penal con cuatro hasta seis años de cárcel. Nadie estaba dispuesto a pagar esa condena.
Así que éramos todos ilegales”.


Roberto Izurieta, nuevo Secretario de Comunicación de la Presidencia, recientemente fue víctima de ataques homofóbicos en redes sociales, tras viralizarse una imagen suya junto a su esposo, Paul Quirck, entrando de la mano a la ceremonia de posesión de Daniel Noboa el pasado 23 de noviembre.

“Por más que fui perseguido, discriminado, intimidado y algunos hasta trataron de humillarme (cosa que nunca lograron), este artículo es solo mi vivencia”. Al recordarse 26 años de la Despenalización de la Homosexualidad, Vistazo reproduce esta columna escrita por Roberto Izurieta en julio de 2023, en la que recuerda su juventud en Quito, en los años que personas de la diversidad sexual eran llevadas a prisión con condenas de hasta 6 años.

El gran objetivo de esa noche no era la búsqueda de mi sexualidad: eso ya lo tenía claro. La búsqueda era encontrar ese bar clandestino donde había música fuerte y baile. En 1982 era muy difícil encontrar ese lugar clandestino que era el primer bar gay de Quito. Había otro de más fácil acceso, pero era una especie de bar híbrido: un bar pequeño al lado de un restaurante. Se llamaba el bar de Ana María. Ana María era una mujer robusta. Muchos especulaban si era una travesti: no lo era. Eso sí, tenía un pelo negro que era la envidia de cualquiera. Mi único debate era si era una peluca: nunca me atreví a preguntárselo porque Ana María era fuerte y lo sabíamos porque muchas veces cuando se acercaba la Policía amenazadoramente, ella era la primera en salir a defender su bar y a todos nosotros: era una suerte de madre protectora. Un día, no fue exitosa, los policías entraron y mi amigo Jorge alcanzó a salir corriendo perseguido por la Policía.

Finalmente, uno de mis mejores amigos, James, ofreció llevarme a conocerlo. Primero como era casi un ritual en la comunidad, comenzábamos la noche saludando a Ana María y a los nuestros. Era como si Ana María nos contaba antes de salir de farra. En realidad, nos cuidaba mucho. Luego del segundo trago, llegó otro buen amigo, el creador de “Las Marujas”, y nos fuimos a ese lugar prohibido conocido por pocos y de tan difícil acceso como entrar al mismo Club de la Unión. Yo no cabía de mi entusiasmo: por fin conocería las aguas profundas de ese mundo, que sin conocerlo ya era el mío, el mundo underground de la fiesta gay.

El bar quedaba muy escondido en una cuadra oscura del barrio La Mariscal de Quito y entrar requería el beneplácito del guardián de su puerta. Víctor cuidó de esa puerta por casi 40 años. Él nos vio crecer a todos y supo guardar nuestro secreto. A diferencia del bar de Ana María, esta discoteca era mucho más atrevida y por lo tanto objeto de muchas redadas de la Policía. Cuando la Policía lograba entrar de ahí venían las corridas y el “sálvese quien pueda”. En todos esos años hasta 1997 la homosexualidad era un delito tipificado por el Código Penal con cuatro hasta seis años de cárcel. Nadie estaba dispuesto a pagar esa condena. Así que éramos todos ilegales.

Se abrió la puerta negra de ese bar y al verlo no contuve mi decepción y le dije a James y a Luis Miguel con total claridad: “esto es un hueco!”. Claro que sí, me respondieron, y desde ese entonces, lo llamábamos “El Hueco”. Si hay algo de esos años de lucha que siempre reclamaré mi autoría, es de haber apodado a ese histórico lugar con el nombre de El Hueco. Es que era un hueco y también un refugio. El Hueco era un garaje oscuro que se extendía hasta el fondo del patio de la casa de su dueño, Víctor.

El bar tenía unos tres metros de ancho y unos 20 de largo. Primero la barra, donde atendía el mismo Víctor, un ícono y pionero de la comunidad, pero sobre todo un gran emprendedor: siempre hizo buen negocio. Luego se pasaba por unas pequeñas mesas en fila donde solo se podían sentar tres porque el cuarto espacio era el pasillo para llegar al fondo del bar, la joya de la corona: una pista de baile del tamaño de un cuarto de media plaza donde todos sudábamos con esa humedad de tanto baile que luego de ya haber pasado por tanto, poco nos importaba en ese entonces.

Solo se tocaba música popular. Casi nadie en realidad la sabían bailar bien sin ser que sea un escapado de Guayaquil (que pasaba de vez en cuando) porque Quito, Luz de América, fue pionero en tener su primer bar y disco gay en Ecuador. Hicimos lo que podíamos. Colombia ya se había adelantado con muy buenas discotecas gays como algunos aventurados dábamos testimonio de nuestros viajes en bus hasta Cali.

El bar, la comunidad y el negocio fue creciendo y se veía cómo El Hueco agregaba cada año parte de la casa de Víctor para agrandar el bar y así acoger a todos los que venían del centro, del sur y del norte de Quito. Como todo negocio informal, ese era un matadero: ahí pasaba de todo. Debo reconocer, quizás porque uno no se da cuenta de lo que no se da cuenta, que nunca vi mucha droga: es más, nunca vi nada de drogas: ahí era música, encuentro y si tenías suerte algún toqueteo.

El Hueco era un bar duro, objetivo fijo de la Policía casi todas las semanas, pero ellos eran parte del negocio. Cobraban su parte y nos dejaban bailar toda la noche. Cuando las cuentas no cuadraban, usaban la presión. Primero era un policía y todo se arreglaba; si llegaba el patrullero, la cosa se ponía tensa, pero cuando realmente no llegaban a un acuerdo “justo”, venía el camión y todo terminaba ahí. Muchas vidas se arruinaron en ese camión. Una vez adentro terminaban en el trágicamente famoso penal García Moreno. De ahí, era el fin de una manera u otra. Un buen amigo mío, salió del penal el tercer día y sus padres lo pusieron en un avión y lo mudaron a vivir a Miami. Era una suerte de vergüenza familiar, que ese tipo de familias no podían soportarlo.

ero eso solo les pasaba a los más privilegiados, dolía más cuando uno de nuestros amigos de El Hueco era expulsado por su propia familia cuando se daban cuenta que era homosexual. Todos lo ayudábamos a conseguir casa porque ahí, no solo éramos amigos, conocidos o amantes, sino que ya formábamos una comunidad clandestina muy solidaria. Generalmente lo sumábamos a otro que haya sido expulsado antes; los ayudábamos a conseguir trabajo, cosa que era fácil, porque éramos guerreros muy comprometidos con lo que éramos y amábamos la vida. De todos los que recuerdo, todos salieron adelante. A mí no me expulsaron de mi casa. Mi madre me lo hizo saber, como era ella, muy elegantemente. Cuando ella se dio cuenta que mis salidas con Fausto eran cada vez más frecuentes, un día me dijo de frente, “si yo tuviera tu edad me casaría con Fausto”.

Todo estaba resuelto en mi casa y desde allí, en mi casa frecuentaban libremente todos mis amigos de la comunidad, con la libertad que pocos tuvieron: el privilegio de tener, de lo que era en realidad un derecho. (Este artículo forma parte de testimonios de personajes destacados del proceso de despenalización de la homosexualidad en Ecuador, recogidos en un libro que Fundación Ecuatoriana presentará con motivo de los 26 años del hecho).

La traducción textual de la palabra inglesa gay es ser “alegre y divertido” y la canción de Wilfrido Vargas era nuestro himno en El Hueco. Eso era el éxtasis de la noche que solo podría ser sustituida por el Chulla Quiteño en las fiestas de la ciudad, que eran las más populares del año porque ahí sí llegaban, no solo los camiones de la Policía, sino los buses desde Guayaquil. A los de Guayaquil los identificábamos al instante porque nunca tenían un lindo sweater (incluso los más guapos) y porque realmente sabían bailar bien. Eran la envidia de todo quiteño, por eso, llegar a tener un amigo de Guayaquil era más prestigioso que llegar en auto propio.

Luego vino otro gran emprendedor, en este caso del sur de Quito que siempre ha dado muchas lecciones al resto de la ciudad, y abrieron la primera gran discoteca gay que era muy decente. No podíamos ir todos los fines de semana porque eso era para nosotros territorio extranjero: aún no había el Trole y llegar al sur y volver era realmente un viaje más difícil que llegar al terminal de buses de Transporte Ecuador que estaba en la misma Mariscal. Pero lo hacíamos. Para los del norte de Quito, los del sur eran siempre más berracos. Era una mezcla de Quito, Guayaquil y todo el Ecuador: eran más extrovertidos, entradores y conquistadores. Pero el viaje era más difícil que el placer, sobre todo para volver.

Los lugares gays abrían y cerraban pues los impuestos informales eran muy difíciles de negociar. Uno de esos era un lindo bar a una cuadra de la Universidad Católica que terminó su negocio luego de una agresiva redada policial. Llegó sorpresivamente, no un camión sino dos: ¡todos presos! Yo estaba allí con el cónsul de Venezuela y el jefe de USAID. Habíamos llegado en un Mercedes-Benz de placas diplomáticas. Ellos llevaban consigo su pasaporte y sabían que no los tocarían, pero no sabían qué hacer con nosotros y antes que tomen cualquier decisión yo les propuse: “dame la llave del auto, nos ponemos en la fila al camión y corremos al auto; si nos atrapan, nos atrapan; pero la única forma de salvarnos todos es llegar los seis a tu auto”. Los amigos diplomáticos, tomaron el valor de acompañarnos, nos pusimos en la fila y justo antes de subir al camión, yo les di la señal de correr al auto. Amo la tecnología, porque era el primer auto que conocía que no tenía llave sino botón remoto.

Abrimos el auto remotamente y nos subimos los seis corriendo. La Policía estaba furiosa y agresiva con nosotros y ahí sí, los dos diplomáticos, con mucha firmeza le dijeron: “este auto es diplomático y no lo pueden tocar, ni a ninguno de sus pasajeros, ábranos paso que nos vamos de acá”. Nos fuimos dejando atrás amigos y compañeros. Fue una noche muy triste, como triste y trágica fue para todos los que cayeron esa noche.

Ahí comenzó la concientización: no por lecturas sobre la libertad o los derechos, que no los conocíamos (al menos yo), sino a fuerza de cansancio de la persecución de cada fin de semana. Desde esos años yo aprendí que no podía entrar a un lugar sin saber cuál era la puerta o ventana de escape. Un grupo de amigos comenzó la lucha para terminar con esa persecución. Nuestro centro de inspiración y cuartel de guerra era un bar hetero de artistas, músicos y progresistas que quedaba al otro lado de La Mariscal (el lado bueno). Ese bar era El Pobre Diablo. Ahí nos reunimos y nos organizamos. Yo no fui de los grandes, los grandes fueron todos los demás. Recolectábamos firmas y luchábamos por el reconocimiento, no del derecho al matrimonio o cualquier otro, sino para que simplemente dejen de meternos presos por ser lo que somos.

Yo estaba en otras luchas políticas y como tal, los conocía a todos y todos me conocían. Eran los años del “Don’t ask, don’t tell”. Cuando se da la primera reforma importante del Código Civil, casi todos los intelectuales, profesores universitarios y progresistas de toda tendencia, acordaron eliminar el artículo 516 inciso primero del Código Penal del Ecuador. El alcalde de la ciudad, se reunió conmigo y me dijo: “¡yo sé que tú y tus amigos se están organizando y lo mejor para que esto pase es pasarlo callado y lo van a lograr!, pero ayúdennos a no levantar la polémica”. Yo estuve de acuerdo y lo conversé con los que pude. Unos estaban de acuerdo y otros no. No los juzgo porque ellos tenían razón, pero la estrategia propuesta por estos líderes políticos e intelectuales logró pasar la reforma penal y ya no nos apresaban más. Luego, yo ya me fui a los EE.UU. y los demás siguieron esa verdadera lucha que es por los derechos fundamentales y nuestro justo reconocimiento. Les agradezco infinitamente. Yo hice lo que pude y no lo mejor que pude.

No éramos muy orgánicos, pero tampoco anarquistas; por eso, esto no es una historia sino mi testimonio. Por más que fui perseguido, discriminado, intimidado y algunos hasta trataron de humillarme (cosa que nunca lograron), este artículo es solo mi vivencia. Gay significa ser alegre y es lo que significó para mí desde esa primera noche que fui al bar de Ana María y conocí El Hueco con grandes amigos de la vida. Yo fui un hijo del privilegio desde ese día que mi madre conoció a Fausto; y con profundo dolor y respeto rindo un justo homenaje a todos aquellos que como esa noche de redada quedaron atrás mío. Les pido su perdón: hermanos y compañeros.

Redacción Vistazo
Autor: Roberto Izurieta

FUENTE: 
https://www.vistazo.com/politica/nacional/roberto-izurierta-tenia-19-anos-y-yo-ya-era-ilegal-en-ecuador 


miércoles, 8 de noviembre de 2023

DESHOMOSEXUALIZACIÓN EN ECUADOR: OLVIDO E IMPUNIDAD.

                                         

Hace poco más de 20 años, ser homosexual en Ecuador era delito. Y hace 10 años, más o menos, se conoció el caso de una mujer lesbiana, internada contra su voluntad en un centro de adicciones que ofrecía terapias de reconversión sexual.

Dicho de otro modo, afirmaba “curar” la homosexualidad. Ese caso no fue el primero, pero sí resultó ser el más emblemático que salió a la luz en ese entonces. La mujer pasó dos años en el centro “Puente a la Vida”, donde sufrió una serie de vejámenes sexuales y torturas. 

Los colectivos y organizaciones LGBTIQ exigieron respuestas al Estado, que solo hizo algunos ajustes a la normativa para impedir que estos centros internen a personas de orientación sexual diferente. Aunque, a decir de algunos colectivos, la medida era dudosa e insuficiente. Luego, con la presencia de una activista por los derechos LFBTIQ como ministra de salud, el Estado implementó una serie de procedimientos institucionales y fortaleció sus mecanismos de regulación para afrontar esta problemática. El despliegue de un importante cuerpo intersectorial (varias instituciones públicas) ocurrido entre el 2013 y 2015, reveló una larga lista de vulneraciones a los derechos humanos cometidos den los centros de adicciones y, en particular, hacia las personas LGBTIQ.

Pero, pese a este hecho significativo y sui géneris, la justicia dejó serios vacíos. Un ejemplo es “Puente de Vida” ya que nunca tuvo una sentencia en firme, pasó al olvido bajo el manto de impunidad del Estado. Este es uno de los tres casos emblemáticos que, por su alto impacto mediático, no tuvo una medida efectiva y ejemplificadora. El segundo fue el de una mujer guayaquileña que terminó en un centro de adicciones en El Tena (Napo). Ella, en aquel entonces estudiante universitaria, denunció públicamente lo sufrido. El caso movilizó al Estado y se pudo identificar, además que el terreno donde funcionó el centro clandestino pertenecía a una comisaría de salud (Ministerio de Salud).  Es decir, la autoridad que debía justamente evitar que este tipo de centro s y supuestos tratamientos funcionen en el país. Un tercer hecho ocurrió con otra mujer lesbiana quien fue llevada a un centro de adicciones en Manabí. El caso también produjo reacciones inmediatas y se llegó a conocer que se trataba de la hermana de un entonces asambleísta alterno de Alianza PAIS, un partido político que gobernó 10 años en Ecuador.

Aunque un caso sí tuvo una respuesta judicial. De acuerdo a la investigación realizada, el Consejo de la Judicatura entregó un alista de seis casos de deshomosexualización que se presentaron bajo la figura de “tortura” o “delito de odio”. La información provino de la Dirección de Gestión Procesal de la fiscalía general del Estado. De los Seis, uno de ellos tiene la sentencia de la fiscalía provincial de Napo, emitida por el Tribunal de Garantías Penales de dicha provincia: 10 días de prisión correccional y el pago de multa de 6 dólares. Además, con fecha 23 de 2015, los jueces declararon prescrita la pena. El taller de Comunicación de la Mujer (TCM) abre el camino para hacernos la interrogante si la “deshomosexualización” dejó de ser un problema. Desde el Estado, se puede pensar que estas “clínicas” ya no existen y que las normativas han sido eficaces, tanto en la regulación como en el control. De hecho, es una de las afirmaciones que pude obtener cuando realicé este trabajo periodístico.

Pero, la impunidad del Estado tiene que verse también con los requerimientos que hacen organismos internacionales como el Comité contra la Tortura de las Naciones Unidas o el Comité de Derechos Humanos. Ambas instancias reclaman al estado ecuatoriano información sobre las acciones de carácter penal que se hayan desplegado o si la justicia determino alguna condena.

De hecho, desde el propio escenario nacional se puede plantear esa misma inquietud. Un informe Técnico del Ministerio generado por la Dirección Nacional de derechos Humanos, Género e inclusión del Ministerio de Salud (junio, 2016) señala que desde el 2013 hasta el 2015 hubo alrededor de 290 operativos de control a los centros de adicciones. Del total, 18 centros tuvieron procesos de sanción administrativa y 4 casos relacionados con vulneración de derechos humanos.

Si bien se indica que estos fueron referidos a la institución competente para su judicialización, nunca se pudo conocer qué fin tuvieron.

¿Impero la impunidad del estado en los casos de “deshomosexualización”?

Carlos E. Flores.

MAX REVISTA. Noviembre 2019 - # 9 - Pág. 26.

miércoles, 28 de junio de 2023

HISTORIA DE LA MARCHA DEL ORGULLO LGBTI EN GUAYAQUIL



El año 2000 la organización FAMIVIDA convocó la población LGBTI de Guayaquil a la primera marcha del orgullo, la cual fue reprimida por la policía con gas lacrimógeno y tolete a quienes asistieron. Este hecho fue realizado bajo la orden del entonces Intendente de policía nacional 
Abogado Pedro Cruz

Antes de la primera marcha LGBTI se realizó el primer festival de la diversidad al norte de la ciudad al pie de radio sucre por la iniciativa de Oscar Ugarte y FAMIVIDA.  

En el año 2005, se realizó la siguiente fue marcha y festival, saliendo desde la Universidad Estatal
y el festival se realizó al pie de radio Sucre.

En los siguientes años 2006.2007.208, se cambió el recorrido. La marcha inició desde el parque Centenario avanzando por la Avenida   9 de octubre hasta la Avenida Pedro Carbo,  culminando en la Zona Rosa donde se realizaba el festival de la diversidad. 

En el 2009 se tomó la decisión de iniciar la marcha desde la Avenida Olmedo y Malecón hasta la
Avenida 9 de octubre, culminando en las calles Lorenzo de Garaycoa y Quisquis donde se realizaba el festival.

En el 2010 se realizaron dos marchas: la primera la realizo la alianza LGBTI que salió más temprano y luego se realizó la marcha FAMIVIDA.

En el año 2011 la Fundación Yunta r organizó la marcha y el festival, la alianza 

En los años   2012 y 2013 la Fundación Yunta realizo la marcha y el festival y desde ese entonces
hasta actualidad, la marcha la viene realizando la Organización Silueta X.

Todas estas marchas se realizaron sin el permiso del entonces alcalde de Guayaquil,
el Abogado Jaime Nebot S.

"RECORDAR ES MANTENER VIVA LA MEMORIA HISTÓRICA"

Autor: Gonzalo Abarca 

domingo, 27 de noviembre de 2022

25 AÑOS DE LA DESPENALIZACIÓN DE LA HOMOSEXUALIDAD "NO ALCANZAN"

Las deudas con los derechos de la población Lgbtiq+ continúan pendientes en Ecuador.

Cupo laboral, acceso a servicios públicos de salud, enfoque de género en el sistema educativo son algunas de las deudas pendientes que Ecuador tiene con la población Lgbtiq+.

Lo recuerdan las organizaciones y activistas que luchan por vivir su orientación sexual, identidad y expresión de género libremente, pero también con dignidad.

El 27 de noviembre de 1997, el Tribunal Constitucional declaró la inconstitucionalidad del primer inciso del artículo 516 del Código Penal de la época. En él se establecía que las relaciones entre personas del mismo sexo eran un delito que se debía pagar con cuatro a ocho años de prisión.

Con eso se puso fin a más de 100 años de criminalización de la homosexualidad. Se consiguió gracias a las demandas de colectivos Lgbtiq+, que se organizaron frente a los abusos policiales.

La falta de derechos de esta población es una preocupación para organizaciones que hoy trabajan, por ejemplo, para aportar en la Asamblea Nacional y garantizar el cupo laboral trans. También gestionan atención gratuita en salud y realizan capacitaciones.

La política pública enfocada en diversidad sexogénero diversa también es una arista de trabajo. Diálogo Diverso, junto al Instituto Nacional Demócrata, por ejemplo, promueven el proyecto Democracia en Diversidad, con el objetivo de fomentar la participación política Lgbtiq+. Esto, a través de capacitaciones en derechos a partidos y movimientos políticos.

Otra gran deuda es con las personas trans que vivieron la penalización, representadas por las históricas Coccinelle, cuyas sobrevivientes conformaron la Fundación Nueva Coccinelle.

Las perseguidas, violadas y torturadas por su identidad de género en los años 80 y 90 demandaron al Estado ecuatoriano en 2019 por los crímenes de lesa humanidad que vivieron, pero no tienen respuesta. Varias ya murieron sin reparación y en condiciones de vida precarias.

‘Tenía en mente que había que luchar’
Kruz Veneno (Pablo Gallegos)

Comenzamos el taller de formación drag queen en 1996. Antes existían los chicos que hacían shows de imitación y cosas así, pero eso nada tiene que ver con el drag.

Un costarricense que vino al Ecuador nos enseñaba todo lo que conllevaba el drag, el histrionismo, la exageración y todo el lado teatral protestatario. Fue la coyuntura perfecta, porque estábamos en la época de penalización. Luego de la despenalización, no nos sentíamos preparados. No salimos como drags sino hasta 1998.

Recuerdo que recibir la noticia de la despenalización fue un fiestón. Lloramos, nos abrazamos, era como haber metido un gol en un partido de fútbol. Pero en los siguientes meses nos quedamos como traumados, por así decirlo. Veíamos a un policía y nos poníamos a la defensiva, porque no habíamos tomado conciencia de que estábamos libres.

Ya luego salimos nosotros a las calles con los personajes drag, pero siempre recibíamos insultos de la gente. Pero por otro lado estaban los aplausos y eso me alentó a decir que aquí estaba y no me importa nada. Aun así, sí tenía miedo de que nos agredieran.

Siempre tenía en mente que había que luchar. Muchas veces vi, ya después de la despenalización, como las gaseaban a amigas trans que caminaban por la calle.

‘No podíamos hablar con nadie’
Francisco Guayasamín

Los hombres gais tardamos en dar la cara en el Ecuador. Quienes estaban al frente eran las personas transgénero, pero lastimosamente la sociedad las llamaba travestis.

En el 97 teníamos mucho miedo de decir soy gay. Si eras de clase media o alta, podías salir del país. Acá no podías conseguir trabajo fácilmente. Y solo tenías dos opciones: o te callabas y te casabas o te volvías religioso.

Nosotros no podíamos hablar absolutamente con nadie sobre el tema. Creíamos que éramos el único en esta situación, porque había miedo a represalias. La palabra gay casi ni se escuchaba.

Nos decían homosexuales y eso era peyorativo. Eras un enfermo, un depravado, un pecador. Yo fui testigo de amigos que se suicidaron por esto; era un sentimiento de que si mi familia se entera, prefiero estar muerto. A mí me botaron de la casa por ser gay, me robaron, me dejaron en la calle.

En ese entonces me uní a una fundación y organizamos un Orgullo Gay. Éramos 12 personas y era chistoso que la mayoría de gente ni siquiera conocía qué era la bandera gay.

Hacer todo esto fue arriesgarme a perder todo contacto con mi familia, a perder un montón de cosas. Pero también fue algo que me hizo ganar mi dignidad.


‘Se necesita despenalización social’
Sandra Álvarez

En de la población Lgbtiq+, las lesbianas somos de las más estereotipadas. En el imaginario social hemos renunciado a la maternidad y somos competencia de los hombres.

Cuando tenía 15 años fui expulsada del colegio religioso en el que estudiaba. Dijeron que para precautelar la integridad de mis compañeros. Luego, en el año 95, con mi pareja fuimos víctimas
de una agresión por parte de la familia de ella, con una gravedad tal que tuvo que ser operada.

Abogados nos aconsejaron que no sigamos un proceso judicial, porque se iba a conocer que éramos pareja y podíamos tener uno en nuestra contra.

Para ir a una discoteca, yo llegaba con un amigo y mi pareja con otro amigo. Una vez que estábamos adentro con nuestras verdaderas parejas, cuando se prendía una luz que todos conocíamos, cambiábamos de manera que la Policía entraba y veía una discoteca heterosexual.

Tener que vivir una doble vida es difícil. La libertad que tenían las parejas heterosexuales para desarrollar sus sentimientos era como una añoranza de quienes no éramos y no somos hétero.

Hoy, como prioridad, lo que necesitamos es la despenalización social de la homosexualidad. Eso implica acceder a derechos a los que todavía no podemos.

‘Parece que los 25 años no pasaron’
Nebraska Montenegro

Pareciera que no han pasado 25 años desde cuando comenzamos la lucha por la despenalización, porque tenemos la misma discriminación y homofobia. Todavía estamos marginadas. No tenemos completamente nuestros derechos porque, igual, son vulnerados.

No tenemos por lo que hemos luchado: un espacio laboral, una educación digna y una vivienda. Pensábamos que ya habíamos ganado mucho con la despenalización, pero creo que en vez de adelantar vamos retrocediendo, porque estamos casi igual.

En los años 90 vivimos una ‘pandemia’, por eso nos llamamos las sobrevivientes. No podíamos ir a un restaurante, a una discoteca, a un bar. Mucho menos a un hospital, porque decían que estaban poniendo una inyección letal a todos los homosexuales.

Nadie quería ir a un hospital. Nos llevaban al SIC, que era en la Montúfar, nos torturaban con electricidad, nos ponían gas. Cuando nos detenían, en la cárcel no éramos personas sino animales, porque así nos trataban.

En el día teníamos que vestirnos ‘normal’, porque si andábamos como travestis en la calle nos detenían. Hoy tenemos una ‘libertad’, entre comillas, pero aún hace falta entender lo que dice la compañera Nua Fuentes: “cuerpos distintos, derechos iguales”.

LA PENALIZACIÒN DE LA HOMOSEXUALIDAD EN EL SIGLO XIX

En 1871, el Código Penal introdujo la penalización de la homosexualidad bajo la figura de la sodomía. Las personas podían ser condenadas desde cuatro hasta 12 años, dependiendo de las circunstancias, o si estaba involucrado un menor de edad. La legislación era tan severa, que si un padre de familia era sentenciado este podía perder los derechos sobre sus hijos.

LA LEGISLACIÓN A LO LARGO DE LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX

En el Código Penal de 1906 se mantuvo la figura de la sodomía como objeto a ser juzgado.
La reclusión podía extenderse hasta los 12 años, dependiendo del caso. Para 1936, el término sodomía fue reemplazado por homosexual en la Legislación ecuatoriana en el Código Penal, bajo el artículo 491, que posteriormente se convirtió en el artículo 516.

LOS HECHOS VIOLENTOS EN CUENCA EN 1997

El 14 de junio de 1997, en el bar cuencano Abanicos se realizó una redada por parte de la Policía Nacional. Las personas que fueron detenidas esa noche denunciaron posteriormente torturas, abusos y violaciones por parte de los oficiales y reos, lo cual llevó a manifestaciones lideradas por miembros de la comunidad trans y organizaciones civiles.

* Yadira Trujillo y Diego Ortiz
https://www.elcomercio.com/tendencias/sociedad/despenalizacion-homosexualidad-ecuador-poblacion-lgbtiq.html 


jueves, 27 de octubre de 2022

MACHOS Y MACHISMO EN "ECUADOR"

 


La caricatura que todos hacemos de todos quiere que el machismo sea patrimonio exclusivo de los latinoamericanos. Quienes nos lo atribuyen olvidan a nuestros maestros los turcos, árabes, japoneses, italianos: baste recordar que los movimientos de emancipación o liberación de la mujer jamás cobraron entre ellos el vigor que siguen teniendo en otras sociedades. Mas de la caricatura, como de la calumnia, algo queda, y es para siempre;  nadie nos quitará el descrédito creado quien sabe por quién, a más de nosotros mismos. 


Pero semejante confusión histórica y geográfica aparte, si parece más nuestro ese prototipo de “macho”, que poco tiene que ver con el machismo. Para comenzar, no sigue un comportamiento, sino que ofrece un espectáculo que, por su propia naturaleza no es ni puede ser constante sino intermitente u ocasional: el macho adopta su actitud de bravucón cuando puede exhibirla, necesita de un público ante el cual lucirse, tal como el que ofrecen los espectadores de una riña, los miembros del Congreso Nacional, los consumidores de televisión. Y como si esa actitud correspondiera a una falta de virilidad física y hasta moral, ciertos políticos - los libaneses y los de la Costa no son los únicos, pero entre ellos se los encuentra más comúnmente llevando a su ámbito una actitud de origen popular - tienen una curiosa necesidad de proclamar e insistir. con demasiada frecuencia, en que son “muy machos”, “muy hombres”, que adoptan “actitudes viriles” - en oposición a sus rivales, que son, no faltaba más, “homosexuales”. 


Basta ver en cada campaña electoral lo que escriben en las paredes de la ciudad: - “Con los pantalones bien puestos” - Olvidando que hoy en día también los llevan las mujeres- y que se los encontrará en cualquier terreno, - “Como varón”- aludiendo fundamentalmente su disposición para el puñetazo, el puntapié o el disparo. 

(Un eterno aspirante a la presidencia de la República ha declarado, quizás para demostrar sus aptitudes para el cargo, que un presidente debe tener “cerebro, corazón y solvencia testicular”, a la que, en su caso, se añade, además, una solvencia mingitoria.). 


Por eso nunca dan a nadie la sensación equivocada de que se trata de hacer alarde del conjunto de condiciones anatómicas y fisiológicas que caracterizan a cada sexo, que es la primera definición de sexualidad. porque semejante reiteración de hombría y otras formas de propaganda, que solo por error puede parecer sexual, hacen pensar, antes que, en un
exceso, en una falta de atributos: ¿es que, si no lo gritan, si no lo exhiben- un juez de Galápagos, ebrio, se desnudó en el salón principal de un buque escuela ante varias personas-, si no lo repiten no se advertir que “son muy hombres”, físicamente hablando, que es lo que les interesa?


Nadie proclama a los cuatro vientos, que es muy inteligente: hacerlo sería su propia negación.


De ahí, también, que nadie asocie el “macho” con el amor, ni siquiera con la lujuria: ante su fanfarronada de guapo y su relación con la mujer no hay más nexo que la ostentación de su capacidad para conquistarla únicamente en tanto que “buen puñete”. El “macho” no es un seductor, ni un amante afortunado, ni siquiera un semental, sino el que vocifera puesto que el grito sustituye en él a las ideas, el que aguanta el dolor (“como macho”; por eso, en una situación similar, se dice de la mujer que es “muy macha), castiga la ofensa (“como hombre”), rechaza la solidaridad o la ayuda, porque se basta por sí solo: en eso, únicamente en eso, pues le falta coraje para lo demás, se asemeja al “llanero” o cualquier otro cowboy, siempre solitario. Consecuentemente, no representa a nadie sino a sí mismo: ése es su “valor”, la condición misma de su hombría, y eso es el cacique político, que colma su soledad y su vacío de individuo con palabras llenas de significado colectivo: habla del pueblo, de la patria, de los pobres. Siguiendo ese punto de vista, la brutalidad en grupo de las bandas o pandillas, generalmente de jóvenes - así comenzó en Alemania el fascismo-, demostraría que están formadas por machos venidos a menos o que no llegaron a serlo enteramente: de machos cobardes, en el fondo, aunque solamente en apariencia sea una contradicción de principio: en muchos casos el provocador termina por mostrar su cobardía.  Porque esta resulta de la unión del machismo y el poder, cualquier clase de poder - se trate de un obscuro secretario de la Administración o del matón o delincuente urbano, del ministro cerril o de su guardaespaldas, del chofer de autobús o del policía sobornado-, igual que la estolidez que muestra sus uñas en el racismo, el regionalismo, la agresividad gratuita, la ironía idiota. 


Nadie, ni siquiera él asocia al macho con la masculinidad: le falta inteligencia para eso, no tiene nociones de ética ni de pensamiento, no puede reconocer en sí mismo rasgos o atributos que suelen existir también en el prototipo femenino: su brutalidad se ejerce además, y hasta de preferencia, contra la mujer, lo que para él no menoscaba sino que estúpidamente reafirma la autoapreciación de su valentía: ha demostrado que sigue siendo el que manda, aunque para ella sea ésa, más que cualquier otra, la expresión acabada de la cobardía, por lo que lo llamará sin más “maricón”

Entre abril de 1994 y octubre de 1996, se formularon más de 23.000 denuncias por agresiones contra las mujeres entre las que el maltrato físico y psicológico alcanzó el 87 por ciento, mientras que el sexual superó el tres por ciento”. Entre los agresores, todos machistas, y además machos, figuran los trabajadores informales, empleados asalariados, profesionales, así como policías y militares quienes no gozan de fuero alguno si son citados a las Comisarías de la mujer. 


Según el Centro de investigaciones de la mujer ecuatoriana, el 73% de mujeres son golpeadas por sus cónyuges; de ellas el 37% son golpeadas por lo menos una vez al mes y, en algunos casos, diariamente: el 12% asegura n que fueron agredidas sin motivo alguno; el 54% de mujeres maltratadas presenciaron escenas de violencia doméstica en su infancia, el 78% recibieron golpes cuando eran niñas; el 17% huyeron de sus hogares, por razones de violencia, en su infancia. 


Es evidente que estos datos no comprenden a las indias, puesto que no acuden a tales oficinas ya que la justicia, inclusive ésa, la imparten y administran, en español, blancos o casi, y porque, con un lugar común como ejemplo de sometimiento, suelen justificar el maltrato diciendo: “Para eso es marido: para que pegue” (Asunto que fue enseñado por los religiosos católicos a los indígenas, cuando estos, que también creen en un Dios machista, llegaron por estas tierras).

El macho ignora que “la relación sexual es el acto más íntimo y bello entre dos seres”, según decía el romántico Karl Marx. Por el contrario, incurre en el exhibicionismo torpe, sombrío, sórdido - y la jactancia denota. ¡Además o ante todo? su desprecio de la mujer,
tratando de recompensar la incapacidad de erotismo con la proclividad a la pornografía.
(Sería interesante analizar los motivos secretos que llevaron a algunas autoridades secundarias de la Municipalidad de Quito, ayudadas por señoras muy diligentes, a tratar de prohibir el Primer Festival de Erotismo en diciembre de 1998).  


Aunque las confesiones de Alfredo Adoum, ministro, evidentemente de Bucaram, recogidas por todos los periódicos del país, son harto conocidas, cabe reproducirlas como muestra de lo cotidiano del lumpen erigido en exceso y de la prolongación oficial que puede tener un comportamiento generalizado en los sectores que la integran, como se desprende de las denuncias en las Comisarías de la mujer y la familia: “Hubiera querido vivir en esa época de las cavernas. La mujer que me gustaba la cogía del moño y me la llevaba a la cueva y me la comía. Satisfacía mis apetencias sexuales y mis apetencias biológicas, porque en esa época se comía a las mujeres en ambos sentidos”. (En la misma ocasión hizo un autorretrato: “A veces digo que la única diferencia entre el hombre de Cromañón y Alfredo Adum es la ropa”).


A diferencia de la caricatura mexicana que puede servirle de modelo - la argentina, después del apogeo del compadrito exaltado por Borges, es más bien verbal y está, en parte, desmentida por el llanto del varón en el tango a causa de la mujer, trátese de una percanta o de una bacana- , el “macho” va usualmente desarmado, mas cuando es dirigente político- y aquí el cacique es el macho por excelencia o el diputado que lleva consigo una pistola, revólver, látigo o arroja a la cabeza de otro lo que encuentra  a mano, sea botella o cenicero, como rúbrica de sus amenazas. Pero se acobarda ante las “barras” que no han sido llevadas por su partido, y no es raro que vote como ellas exigen cuando se trata de la modificación, sin otro argumento que su gritería, de algún proyecto de ley. 


Curiosamente, no se encuentra un estereotipo femenino opuesto al macho. Sería, en principio, la hembra, pero el término tiene connotaciones referidas casi exclusivamente al cuerpo, más aún cuando se habla de una “real hembra”, lo que podría desvirtuar el modelo, ya por una actitud despectiva, ya por una exaltación de orden sexual. No es imposible que el macho se jacte de tenerla: “Mi hembra” significa mucho más que “mi mujer”: Entraña triunfo de la conquista, la ostentación de la propiedad apetecida por todos los de su calaña y cierta garantía de independencia que de algún modo pierde, pese a hacer alarde de su libertad, el marido respecto de la “esposa”, lo cual no sucede con la amante o “concubina”. 


Para el “macho”, y para gran parte del país el arquetipo de mujer reúne cualidades de “decente” en el sentido de recatada sexualmente, sumisa, sufrida y, sabido es que se le han atribuido tradicionalmente las tareas de madre, esposa o hija.  Pese a ello, en las reuniones sociales, prácticamente de todas las clases sociales, subsiste hasta hoy entre hombres y mujeres la costumbre de formar grupos separados.  Un criterio machista lo atribuía al hecho de que las mujeres no podían participar en conversación de los varones, sobre todo fútbol, política, arte, literatura, como si a todos los machistas les interesa la cultura. 

Pero semejante explicación o excusa no es válida cuando en el grupo de mujeres hay profesionales o funcionarias de mayor rango que su marido: son aquellas de quienes, por ser inteligentes, el machismo dice que “parecen hombres.” 


Si todos los defectos del poder: absolutismo, despotismo, nepotismo, irrespeto a los derechos humanos, corrupción desmesurada, etc, parecieron exacerbar en un gobierno derrocado por un número de voluntades mayor que el de sus electores, ello se debe a que en sus integrantes, colaboradores, asesores, sirvientes y esbirros se exacerbaron también los atributos del “macho”, tales como la inmoralidad, la fealdad de espíritu, la obscenidad, y una sexualidad sucia. Tal es el punto donde se juntan la sordidez con la vulgaridad, las agresiones contra la ética y la estética. 


Qué pensar de ese candidato presidencial tenaz cuyo más profundo análisis ideológico de sus adversarios políticos fue decir, de uno, que - tiene testículos más pequeños que los suyos” y de otro, - que su esperma es aguado - sin que nadie le hiciera notar porque él sabía eso. 


Tampoco relacionan con toda esa basura sexual el gesto obsceno del típico macho, con aquel jefe de Estado que afirmó que “le gusta las negras de esmeraldas con las cuales mantiene romances de burdel”, y presumió al levantar el borde de la falda de la candidata a la vicepresidencia, mientras preguntaba a los electores potenciales - ¿Verdad que tiene lindas piernas? 


Igual que el escándalo suscitado por un ministro, aprovechado la aglomeración de fanáticos de un cantante español, por la pérdida de unos calzoncillos, agregando que seguramente los habrá robado un homosexual, y el mismo dijo a los periodistas que - eran defensores de los gays”. Para estos políticos meter presos a los gays, torturarlos, les da la categoría de ser “muy machos”. 


Para Ernesto Sábato, el sexo es una forma de poder, pero el poder político o económico generalmente es ejercido por los varones. Mientras que las mujeres se convierten más en un atractivo sexual, en el cual son conducidas a la obediencia o a la dominación.


Tomado de ECUADOR, Señas particulares de Jorge Enrique Adoum.


lunes, 14 de marzo de 2022

CRONOLOGÍA DEL MOVIMIENTO TRANS EN ECUADOR

 



Años 70: Existe la especialización de la homosexualidad. Lo trans se equipara penalmente a lo homosexual en la medida .

En que se verifiquen relaciones “entre dos machos”. Los transgéneros tienen apariciones esporádicas en la crónica roja.

Años 80: Se sigue en el contexto que la homosexualidad es penalizada. Los medios de comunicación tan solo se encargan de visibilizar a los transgéneros en la crónica roja y el discurso médico como “anomalías”. El abuso policial contra los trans queda impune. La única mención de lo que es el travesti en el plano de la psiquiatría es tratada como que fuera un “fetichismo”.

A mediados de los ochenta y mediados de los noventa: Las primeras organizaciones GLBT como SOGA y FEDAPES hacen una incursión tímida en los derechos de los GLBT. La bandera de estas organizaciones es la lucha contra el “SIDA” debido a que este campo es más remunerable económicamente. Tan solo se trata en las organizaciones GLBT los derechos en cuanto a salud y la integridad física.

1995 Y 1997: Los movimientos de mujeres logran visibilidad y también defienden los derechos humanos de las personas trans. Existió un apresamiento masivo de travestis en Cuenca y posicionamiento público del tema.

1997: Anulación parcial del artículo 516 (anulación del segundo inciso) y consiguiente despenalización de la homosexualidad masculina en Ecuador. Es importante recordar que la homosexualidad femenina nunca estuvo penada.

1998: El Artículo 23.3 de la Constitución consagra la igualdad ante la ley de los GLBT. La inclusión de la no discriminación por orientación por orientación sexual es un logro de la Constituyente que posiciona a nuestra

Carta Política como una de la más avanzadas del continente en materia de diversidad sexual (y segunda en el mundo en contener una norma específica, luego de Sudáfrica). Sin embargo, no se incluye expresamente la no discriminación por “identidad de género”; si bien se desprende tácitamente de la misma norma.

24 de Junio de 1988: La diversidad sexual se convierte oficialmente en política de Estado a través del Plan Nacional de Derechos Humanos, con rango de Derecho Ejecutivo.

1998 – 2001: Años de transición (en Quito y Guayaquil) del “discurso del SIDA” a un discurso de derechos. Introducción de la terminología “GLBT” y cuestionamientos sobre como importamos los discursos extranjeros.

Lo trans se toca periféricamente, como de hecho, también lo lésbico y lo bisexual en el discurso de las organizaciones.

2000: El Proyecto del Código de la Familia es la primera propuesta de norma secundaria en el Ecuador, que aborda el tema GLBT, pues propone eliminar el requisito de la diferencia de sexo entre contrayentes de la institución matrimonial.

2001: Quiebre en el movimiento GLBT ecuatoriano; especialmente un quiebre lésbico. Varios discursos heterogéneos se empiezan a visibilizar, abordando necesidades propias de cada identidad y de cada realidad ecuatoriana. Alejamiento de las organizaciones GLBT y separamiento de organizaciones Trans y otras que se dicen se solo Gay y Lésbicas. La cuota política que significó que las travestis dieran la cara pública en la despenalización de la homosexualidad se vuelve evidente: y la brecha en el goce de derechos (Homosexuales versus transgénero) también.

En el ámbito estatal, la Subcomisión de Diversidad Sexual del Plan Nacional de DDHH se abre a nuevas organizaciones GLBT.

Junio del 2001: Se redactan los primeros “Planteamientos Jurídicos GLBT en el Marco del Plan Nacional de Derechos Humanos, que contienen una propuesta de reformas a distintos cuerpos legales, y que evolucionará en los siguientes años.

Enero a Junio del 2002: Enorme acercamiento político entre principales activistas GLBT, Es más un acercamiento entre personas que entre regiones, y, por lo tanto, sucede en una esfera elitista.

Se aborda en este punto la necesidad de incursionar en propuestas de legislación anti-discriminatoria.

2002 en adelante: Debido a que las organizaciones GLBT están dedicadas más al activismo en VIH/SIDA, hace que esto impulse el surgimiento de varios grupos transgéneros políticamente organizados en provincias muy diversas del país. Debilidades evidentes en esta segunda escuela del SIDA.

Agosto a Noviembre del 2002: En talleres impulsados por el PNUD, se conforma la nueva Subcomisión de Diversidad Sexual con participación plural.

Diciembre del 2002: Se publica el Plan Operativo de Diversidad Sexual 2003 al 2005 recogiendo los aportes de varios sectores de la sociedad civil en cuatro regiones del país.

Diciembre del 2002: Se constituye la Coalición GLBT del Ecuador, pensada inicialmente como espacio de concertación.

En que se pudieran proyectar los objetivos del Plan Nacional de DDHH y rebasar los mismos hacia una agenda política GLBT.

2003 y 2004: Se redactan varios proyectos de ley pro-diversidad sexual. Inician las primeras jornadas jurídicas en el país (talleres de legislación y litigio entre varias organizaciones GLBT). Se empiezan a abordar especificidades de lo trans: las lesbianas empiezan a celebrar encuentros nacionales y hacer pronunciamientos acerca de sus necesidades jurídicas propias. Existe una moderada incursión en la judicialización de casos GLBT en ciertas instancias jurisdiccionales: procesos internos en la Policía, denuncias de maltrato, casos en comisarías, casos lésbicos de tenencia, etc.
Se arma la coalición de organizaciones “Acción contra la discriminación (ACD)”.

22 de Junio de 2004: ACD presenta al Congreso Nacional un Proyecto de Reformas al Código Penal para la tipificación de conductas homofóbicas, lesbofóbicas y transfóbicas. Por primera vez se aborda en una propuesta de ley ecuatoriana la especificidad trans.


Julio de 2005: Reformas al Código Penal introducen discriminación como circunstancias agravante específica en la comisión de delitos (anteriormente, la existencia de la agravante genérica permitía teóricamente, que un juez agrave una pena por verificarse la transfobia pero, por supuesto, nunca se dio ). Además se introduce la sanción a la apología de delitos por parte de medios de comunicación. Estas dos reformas ofrecen protección a los sujetos trans.

sábado, 5 de marzo de 2022

ECUADOR SE ADHIERE A GRUPO DE APOYO LGBTI DE LA OEA

 


Ecuador se adhirió al Grupo de Apoyo para los Derechos de las Personas Lesbianas, Gais, Bisexuales, Trans e Intersex (Core Group LGBTI) de la Organización de los Estados Americanos (OEA). La adhesión se realizó en consonancia con su compromiso para la protección y promoción de los derechos humanos.

El Core Group tiene por objeto coordinar esfuerzos para avanzar en la agenda de derechos LGTBI en el marco de la OEA, a través de la promoción del diálogo político, cooperación e intercambio de mejores prácticas entre los estados miembros.

El ingreso de Ecuador se hizo efectivo el 11 de marzo de 2019. El Grupo está conformado además, por Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Estados Unidos, México y Uruguay.

Ecuador multiplica así sus esfuerzos en materia de respeto a los derechos humanos de las personas LGBTI y fortalece su política nacional e internacional en apoyo a los grupos minoritarios. En 2018, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) destacó los avances registrados en varios países de la región, incluido Ecuador, en lo atinente a derechos humanos de las personas LGBTI.

Como parte del Core Group, Ecuador y los otros 10 países que lo conforman, se comprometen a liderar y patrocinar resoluciones de la Asamblea General de OEA que garanticen el pleno ejercicio de los derechos humanos de las personas LGBTI, sin discriminación por su orientación sexual o identidad y expresión de género.

Asimismo, el Core Group apoyará la implementación de los mandatos contenidos en dichas resoluciones, así como en otros instrumentos del Sistema Interamericano.


lunes, 13 de diciembre de 2021

HOMOSEXUALIDAD EN ECUADOR EN LA ÉPOCA PRECOLOMBINA

 

Existen indicios arqueológicos y etnohistóricos que sugieren que antes de la colonización española, los pueblos indígenas que habitaban en lo que en la actualidad es Ecuador consideraban la homosexualidad como algo natural.

Se han encontrado cerámicas de la cultura Valdivia que mostraban este tipo de relaciones como parte de sus representaciones del erotismo y la fertilidad.
Todo cambió con la llegada de los europeos, que impusieron una visión negativa
de la homosexualidad basada en sus creencias religiosas.

La arqueóloga María Fernanda Ugalde ha señalado en particular la presencia de figurillas de parejas de mujeres en las culturas Tumaco-La Tolita y Bahía en posiciones usadas tradicionalmente para representar a parejas casadas. De acuerdo a Ugalde, los estudios arqueológicos tradicionales han ignorado estas figurillas o las han descrito como "hermanas siamesas", a pesar de mostrarse en posturas iguales a las que son descritas como parejas afectivas heterosexuales, lo que abre la posibilidad de que en realidad mostraran parejas de mujeres lesbianas. Una de las parejas representadas en una de las figurillas de la Cultura Bahía muestra incluso a una de las mujeres cargando a un bebé.

Ugalde también se ha referido a figurillas arqueológicas de la Cultura Tumaco-La Tolita que muestran personas con vestimenta masculina pero que a la vez poseen marcadas características físicas femeninas. El arqueólogo Andrea Brezzi ha explicado la existencia de estas figurillas aseverando que probablemente habían sido realizadas en el mismo molde en que se hacían las figurillas femeninas para ahorrar trabajo, aunque el hecho de que existieran moldes específicos para crear figurillas masculinas vuelve menos factible esta explicación. De acuerdo a Ugalde, otra explicación podría ser que las figurillas describen a personas pertenecientes a un hipotético tercer género. El mismo Brezzi, al describir a una figurilla de un hombre joven, afirmó que poseía "caracteres masculinos y femeninos al tiempo".5

BIBLIOGRAFÍA:

Moreta, Modesto (26 de noviembre de 2014).
«La homosexualidad es un tabú en pueblos indígenas»

Ugalde, María Fernanda (2017). «De siamesas y matrimonios: tras la simbología del género y la identidad sexual en la iconografía de las culturas precolombinas de la costa ecuatoriana»

Ugalde, María Fernanda (2017). «De siamesas y matrimonios: tras la simbología del género y la identidad sexual en la iconografía de las culturas precolombinas de la costa ecuatoriana»

HOMOSEXUALIDAD EN LA CULTURA HUANCAVILCA


Gracias a las crónicas de Pedro Cieza de León, Gonzalo Fernández de Oviedo, Garcilaso de la Vega, Agustín de Zárate y Girolamo Benzoni, se conoce que la homosexualidad era practicada de forma mucho más abierta entre los huancavilcas en comparación con el resto de pueblos indígenas que encontraron los invasores españoles al momento de la colonización.

Algo común en estos registros es el contraste entre la aceptación de la que gozaban estas relaciones en la población huancavilca y el rechazo que expresaron los cronistas para referirse a ellas. Un ejemplo de esto son las crónicas de Garcilaso de la Vega, quien se refirió a las prácticas homosexuales de los huancavilcas como un «vicio», o las de Girolamo Benzoni, quien se refirió a ellos como «sucios sodomitas».

Un papel central en estos registros lo tenían los hombres identificados como «enchaquirados», que recibieron este nombre por el uso de chaquiras y formaban especies de harenes de hombres homosexuales que participaban en ceremonias religiosas y adoptaban vestimenta femenina desde la infancia.

Cieza de León describe a los enchaquirados como hombres (uno o más por cada templo) que cumplían el rol de sacerdotes o guardianes de las deidades adoradas por los huancavilcas y que tenían relaciones homosexuales con los caciques de sus tribus durante sus festividades religiosas.

De acuerdo al antropólogo Hugo Benavides, el uso de objetos considerados como invaluables por parte de los huancavilcas, como lo eran el oro y las chaquiras de conchas spondylus, indica el estatus elevado que los enchaquirados tenían dentro de la jerarquía social de las tribus.

Según Cieza de León, los huancavilcas fueron duramente castigados por los capitanes Francisco Pacheco y Juan de Olmos por practicar la homosexualidad.

BIBLIOGRAFÍA

Benavides, Hugo (29 de agosto de 2013). «La representación del pasado sexual de Guayaquil: historizando los enchaquirados.

Paucar, Elena (2 de marzo de 2014). «Los enchaquirados y la homosexualidad ancestral». El Comercio.


sábado, 14 de septiembre de 2019

LA HOMOFOBIA, UNA VIEJA ARMA POLÍTICA ECUATORIANA



La  reactivación del llamado "Caso Mameluco", una denuncia contra el ex presidente Rafael Correa por un supuesto acoso sexual a un hombre en pleno Palacio de Gobierno, pone en evidencia una tradición política de larga data en el país: el uso político de las acusaciones de homosexualidad masculina que serían tan antiguas como la República.

El primer presidente ecuatoriano acusado de homosexual fue uno de los primeros líderes de la República y la Independencia. Se trata de Vicente Rocafuerte, según recuerda el historiador y ex rector de la Universidad Andina, Enrique Ayala Mora. El patricio guayaquileño, quien se casó en la madurez con una hermana de Abdón Calderón, fue el blanco de acusaciones de homosexualidad que se regaron como pólvora en el pequeño Quito de entonces.


LA CAPITAL, COMO ASIENTO DEL PODER POLÍTICO DESDE TIEMPOS DEL IMPERIO ESPAÑOL, HA SIDO EL CALDO DE CULTIVO PARA RUMORES DE TODO TIPO SOBRE QUIENES EJERCEN EL PODER.

Quien propaló la acusación, recuerda Ayala Mora, fue la amante quiteña del libertador Simón Bolívar, Manuela Sáenz, quien tras la muerte del héroe y su expulsión de la Bogotá de Francisco de Paula Santander por sus intrigas políticas, había retornado a sus haciendas de Quito. La polémica sobre la sexualidad del presidente Rocafuerte costó caro a Sáenz, ya que fue exiliada del Ecuador por el inflexible guayaquileño quien no perdonó los maliciosos comentarios. Sola y empobrecida, Sáenz nunca pudo volver a Quito, muriendo de peste en el desolado puerto peruano de Paita, algunos años después.

EL GOBERNADOR ESPAÑOL Y SUS ESCLAVOS

La homofobia como arma de los políticos, sin embargo, no nació con la República. En diálogo con PLANV,  Ayala Mora recuerda algunos antecedentes en la Colonia española, cuando el presidente de la Real Audiencia, Manuel Barros de Santillán, quien gobernaba Quito y sus provincias en nombre del Rey durante la Revolución de las Alcabalas, al que por solterón y por vivir en su mansión solo con sus esclavos, los quiteños sublevados también acusaron de homosexual. El trasfondo verdadero del ataque, dice Ayala Mora, es que el gobernador español tuvo políticas proindígenas que irritaron a los colonos blancos, que arremetieron en su contra con esa acusación. En la colonia, agrega Ayala Mora, hubo varias acusaciones de sodomía que fueron conocidas por los tribunales eclesiásticos de la época.


En los últimos años de la Colonia, se comentó sobre un supuesto amorío entre el futuro comisionado regio de Quito, Carlos de Montúfar, hijo del Marqués de Selva Alegre, y el sabio alemán Alexander Von Humbolt, quien llegó a la Real Audiencia en un viaje científico. El origen de esos rumores, destaca Ayala Mora, provino de Europa, en donde se considera que Humbolt era bisexual. Otra fuente al respecto son las cartas de Francisco José de Caldas a José Celestino Mutis, en donde el neogranadino, quien estaba en Quito en 1800 con la esperanza de sumarse al viaje de Humbolt, se lamenta de que éste prefirió llevar a Montúfar, a quien llama "su adonis". Ayala Mora dice, sin embargo, que estas vinculaciones nunca fueron usadas políticamente contra el defensor del Estado de Quito, quien fue apresado y fusilado por los españoles.


OTRAS VÍCTIMAS DE ESTOS RUMORES HABRÍAN SIDO JOSÉ JOAQUÍN DE OLMEDO, PRÓCER DE GUAYAQUIL Y PRIMER VICEPRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, Y EL JEFE SUPREMO Y MINISTRO DE GUAYAQUIL PEDRO CARBO.

"En los años cincuenta hubo una denuncia de que en la Cancillería había un grupo de homosexuales. Cuando yo era muchacho, decirle a uno canciller era decirle homosexual. En la revista Vistazo se publicó un reportaje sobre un hombre llamado Ludovico, quien en Guayaquil fue acusado de prostitución masculina", recuerda el historiador.

GAIS EN EL VELASQUISMO

Más cerca en el tiempo, durante el velasquismo, un alto funcionario del Gabinete fue acusado de un supuesto romance con un custodio de la guardia de Palacio. El escándalo provocó la división de un movimiento de la derecha de entonces, pues el funcionario formaba parte de un sector político ultramontano en donde las acusaciones cayeron como una bomba.

Una broma de la época, recuerda Ayala Mora, decía que el monumento de La Lucha Eterna, un bronce francés que actualmente se encuentra en el parque de El Ejido de Quito, y representa la lucha del bien contra el mal como dos gladiadores desnudos, era en realidad una alusión a ese escándalo palaciego.




DE LA "NUBE ROSADA" AL "CÍRCULO ROSA"

La llegada al poder del presidente Jaime Roldós Aguilera, un joven político que se apartó de la línea de la Concentración de Fuerzas Populares que lideraba Assad Bucaram motivó un nuevo escándalo de insinuaciones homosexuales a principios de los años 80. Bucaram, conocido por el apodo de "Don Buca", tras separarse Roldós de su sombra política y en su intento de hacer un gobierno personal, arremetió contra el joven mandatario. "El presidente vive en una nube rosada", llegó a decir. Pero según recuerda un ex funcionario del presidente Osvaldo Hurtado, quien declinó ser citado en este reportaje, lo que parecía una metáfora sobre la inexperiencia política del presidente era en realidad una insinuación. La "nube rosada" habría sido un club de Guayaquil regentado por un alto funcionario del Gobierno de Roldós, en torno al cual habían historias de prostitución de ambos sexos. "Carlos Julio Arosemena llegó a decir de ese lugar: a mí me proveen de mujeres, a otros no sé", recuerda el ex funcionario de Hurtado.

AYALA MORA PRECISA QUE DON BUCA, "QUIEN ERA UN HOMBRE MUY AGRESIVO" USÓ POLÍTICAMENTE LOS RUMORES DE QUE EN EL ENTORNO DEL PRESIDENTE HABRÍA HABIDO PERSONAS DE CONDUCTA LIBERTINA. "NUNCA SE CONCRETÓ NADA SOBRE ESO", DICE AYALA MORA, QUIEN ASEGURA QUE TODO QUEDÓ EN UN RUMOR, QUE "LE HIZO MUCHO DAÑO AL PRESIDENTE ROLDÓS".

Por su prepotencia y malas amistades su propio hermano se burlaba de su falta de hombría por no salir del closet  — Abdala Bucaram Ortiz (@abdalabucaram) 9 de julio de 2018

Durante la última década, las acusaciones de homosexualidad contra el presidente Rafael Correa y su entorno se convirtieron en un hecho cotidiano. Curiosamente, quien lanzó los primeros ataques contra el mandatario fue su propio hermano, el empresario Fabricio Correa Delgado, quien llegó a recomendar en una entrevista de televisión a su hermano que se dedicara a vender en el Ecuador la marca de lencería femenina Victoria Secret. Fabricio Correa, según recordó recientemente el ex presidente y sobrino de Don Buca, Abdalá Bucaram, le dijo a Jorge Ortiz en televisión nacional que su hermano ya tenía listo el eslogan "Hasta la victoria secret", las modelos y el mercado en su "círculo rosa", un supuesto grupo de homosexuales que había llegado al poder con Correa, según se dijo de manera pública en Guayaquil.

Las acusaciones de Fabricio Correa fueron recogidas por otros políticos, como el joven ex asambleísta Dalo Bucaram, sobrino nieto de Don Buca. En diálogo con este portal, Dalo Bucaram precisó lo que dijo exactamente contra Alexis Mera, ex secretario jurídico de la Presidencia. "Le dije que era un homofóbico por no tener la hombría de reconocer su homosexualismo públicamente", precisa Dalo Bucaram, y agrega que también le dijo al ex funcionario que "era un cobarde que no tenía la hombría de Ricky Martin de reconocerle al mundo su homosexualismo". Al ser consultado sobre cuál fue su fuente en este caso, Bucaram sostuvo que "fue un chico de Venezuela que me comentó que era pareja de él y con quién los vi cenando en Quito".



Fabricio Correa también se sumó a los ataques contra el entonces abogado del Palacio presidencial. Mientras el presidente Correa le organizó un homenaje en los salones del hotel Ramada de Guayaquil, en 2009, un supuesto grupo de gais y drags queens se presentó en el lugar con carteles de apoyo a "Alexia". Aunque nunca reinvidicó la burla, varias fuentes consultadas en Guayaquil sostienen que el hermano del ex presidente estuvo detrás de la sátira.

Para Ayala Mora, los rumores maliciosos continuaron durante todo el correato, como cuando circuló en Quito la especie de un supuesto romance entre el presidente y su canciller, Ricardo Patiño. "Yo soy adversario de ellos, pero no me atrevería a acusarles de algo que no me consta", dice el historiador. "Estoy radicalmente en contra de que cualquier conducta privada pueda ser usada para dañar su imagen en público", precisa el historiador quien asegura que el uso político de estos rumores es "censurable".

Ayala Mora sostiene que en la actualidad la homosexualidad, que es una opción legítima, es confundida en el Ecuador con el abuso de menores de forma totalmente inadecuada. "Quienes tienen relaciones entre adultos no han cometido ningún delito. Siempre se ha jugado con figuras públicas desde el anonimato. Los rumores siempre han sido poderosos, un rumor suelto en el mercado a las siete de la mañana se volvía verdad a mediodía en una ciudad pequeña como Quito". El uso de las redes sociales y de pasquines electrónicos ha potenciado este tipo de acusaciones.

"CORREA Y PATIÑO JAMÁS TENDRÁN UN NIÑO"

Las acusaciones homofóbicas contra Correa crearon un clima adverso contra las minorías sexuales en el Ecuador, destaca al joven activista gay Danilo Manzano. Manzano precisa que en 2017 se pudo identificar apenas 15 personas como candidatos que se asumían como gais y lesbianas, pero cree que en el ámbito hay muchas personas más que son políticos pero que esconden su homosexualidad por recomendación de sus propios partidos.

"UN LGBTI CON INTERÉS POLÍTICO TIENDE A ESCONDER SU HOMOSEXUALIDAD, AUNQUE EN MUCHOS CASOS SE TRATA DE PERSONAS CUYA OPCIÓN EN CONOCIDA EN SU FAMILIA, EN SUS TRABAJOS Y EN SUS PROPIAS FUERZAS POLÍTICAS", DICE MANZANO, QUIEN ADVIERTE QUE HAY UNA CONTRADICCIÓN ENTRE INTENTAR ASPIRAR A UN CARGO DE ELECCIÓN POPULAR Y LUEGO CONVERTIRSE EN UN POLÍTICO VULNERABLE A ACUSACIONES DE ESTE TIPO.

Manzano recuerda que, durante las marchas contra el correato, en especial, las organizadas por Andrés Páez y sus simpatizantes, se gritaron consignas homofóbicas. Algunas de ellas, como "Correa y Patiño jamás tendrán un niño",  y otras como "el que no salta es Correa maricón" motivaron el rechazo de activistas como Manzano, quien sostiene que la clase política ecuatoriana es machista y homofóbica. "Muchos de quienes estaban gritando en el Consejo Nacional Electoral ese tipo de consignas son gais conocidos", dice el activista, quien denuncia que esta homofobia estructural de la clase política ha motivado que muchos homosexuales hayan tenido que esconderse para obtener votos.

Pero al mismo tiempo que ocurre esto, los políticos le hacen guiños a los colectivos GLBT, en algo que parece más una moda que un afán sincero de apertura: tanto el Palacio de Carondelet en la capital cuanto el monumento de la Rotonda de Guayaquil han sido iluminados con los colores del arcoiris. Ello, precisa Manzano, quien fue invitado por el actual Gobierno al cambio de guardia en el Palacio, no ha significado una mayor apertura de los políticos. Recuerda que, aunque habló con el presidente Moreno sobre la necesidad de abrir nuevos espacios para la diversidad sexual, estos diálogos fueron encargados a la vicepresidenta María Alexandra Vicuña, pero no han llegado a respuestas concretas desde el Ejecutivo. "Es un reto para los activistas formar a nuestra clase política", dice Manzano, quien sostiene que los políticos siguen agrediéndose entre sí con acusaciones de homosexualidad que, más allá de que sean ciertas o falsas, perjudican a la diversidad sexual porque perpetúan la connotación negativa que debe ser erradicada.

EL CASO "MAMELUCO"

El último episodio de esta saga es el llamado "caso Mameluco", una acusación que, desde el nombre, puede ser considerada homofóbica, pues parece querer hacer alusión a un caso de sexo oral al más puro estilo del escándalo de Clinton y Levinsky en la Casa Blanca. Publicada originalmente en el blog de Fernando Balda  fue recogida por el ex asambleísta Galo Lara. Ambos alegan que es una de las razones por las que fueron perseguidos sin tregua por el correato.

Según reseña el portal 4Pelagatos, un supuesto testigo de las acusaciones correístas contra el mayor (r) Fidel Araujo, denunció en la Fiscalía que en una audiencia con el ex presidente Correa, en pleno despacho presidencial -en donde el presidente Moreno denunció que estaban instaladas cámaras y micrófonos- el jefe de Estado intentó desvestirlo y abusar de él. La denuncia, que fue archivada por la Fiscalía, fue reactividada por el actual fiscal general, como un supuesto caso de acoso sexual homosexual. El denunciante, según relata 4Pelagatos, es un personaje que llegó a declarar que Fidel Araujo le proveyó de un artilugio digno de una película de James Bond para matar a Correa durante el 30S: una cámara de fotos que realmente era una pistola, con la que debía acercarse al presidente y dispararle. Correa respondió en Twitter a esta acusación que el día y la hora del supuesto acoso no estuvo en Quito ni en el Palacio presidencial.

Ayala Mora es enfático: "Creo que Correa tiene suficientes casos de abusos, de corrupción y hasta de delitos contra la humanidad por los que puede ser enjuiciado, hay suficientes motivos y acciones públicas y claras por las cuales enjuiciarlo que por ese supuesto asunto", finaliza el historiador y opositor del correato.

Pero, en defensa de nuestros políticos, se puede decir que no es una práctica exclusiva de nuestro subdesarrollo tropical. Las recientes elecciones francesas fueron el escenario de una acusación similar contra el actual presidente francés, Enmanuel Macron, a quien se vinculó en un supuesto romance gay con un funcionario, campaña atribuida a las injerencias rusas y en la que, desde la Embajada del Ecuador en Londres, tuvo parte Julian Assange.

Macron desmintió sin inmutarse y sonriendo: "Este rumor no solo es desagradable para Brigitte (su esposa), sino que además ella, que comparte mi vida de día y de noche, se pregunta cómo me las arreglo físicamente" para estar en dos lugares al mismo tiempo.