LA VARIEDAD SEXUAL EN EL MUNDO INDÍGENA
EN LA COSTA ECUATORIANA:
PISTAS, LEGADOS Y ESPERANZAS.
… Y eso es que cada templo o adoratorio primario
tienen uno o dos hombres, o más, de acuerdo al ídolo. Han sido vestidos como
mujeres desde que eran niños pequeños, y hablan como tales; y en su trato, ropas y en todo lo demás ellos
limitan a las mujeres. Estos hombres participan en uniones carnales como un
signo de santidad y religión, durante sus fiestas y días sanos, especialmente
con los señores y otras autoridades… contestaron que no eran culpables, porque
desde el momento que nacieron habían sido colocados ahí por sus caciques,… y
para ser los sacerdotes y guardianes del templo.
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Cieza de León 1986 (1553): 199 – 200
Varias de las primeras crónicas que describen a los
grupos indígenas de lo que hoy es la costa ecuatoriana, narran actividades
sexuales más variadas de lo que ha descrito en la historia oficial del Ecuador.
Pasajes como el anterior, lejos de ser excepcionales, forman parte de similares
descripciones de prácticas sexuales que van más allá de una simple definición
binaria de hombre y mujer. En vez de confirmar la fantasía heterosexual de la
leyenda de Guayas y Quil, estas crónicas presentan una actividad sexual para la
región más compleja que la recogida por el proyecto político blanco – mestizo
guayaquileño en los últimos 30 años.
En estas descripciones sobre todo resaltan la figura
del enchaquirado, que como su mismo nombre lo indica, reflejaba un personaje,
de alta estima y estatus por su rico atuendo de chaquiras. Estos jóvenes
seleccionados desde temprana edad, parecen haber sido un género aparte que, a
ojos de los colonizadores españoles, mostraban elementos tantos femeninos como
masculinos. Lo que más les causaba estupor a los colonizadores, por su propia
represión sexual, era no solo la abierta practica homosexual de estos
personajes con los caciques de la zona, si no el hecho que estas relaciones
sexuales eran consideradas privilegiadas, “de santidad y religión”, en palabras
de Cieza. (Ver arriba).
La descripción de los enchaquirados, deja entrever
una realidad indígena mucho más variada
en lo sexual que aquel oficializado en el mundo colonial o contemporáneo. El
mundo indígena presenta elementos de otros géneros y prácticas sexuales que parecen
haberse perdido en la destrucción colonial sufrida a manso europeas, y luego
republicanas.
Sin embargo, aún después de cinco siglos de
represión colonial y cultural la costa ecuatoriana aun presenta una variedad
sexual mayor que la de sus principales urbes, Quito y Guayaquil. Las diferentes
poblaciones de la costa presentan una significativa comunidad trans, que lejos
de ser discriminada es parte integral de sus poblaciones. En varias entrevistas
ellos y ellas hablan de como en
Guayaquil sienten una discriminación que nunca ha sido parte de su diario
vivir, y hablan como sus familiares y la sociedad en general los reconoce como
parte orgánica de sus pueblos.
Tanto es asi que hace varios años la población trans
de Engabao se denominaron ellos mismos enchaquirados. A través de esta
autodeterminación histórica la comunidad trans de nuestra costa refleja una
identidad queer milenaria y autóctona. Además de una identidad sexual libre de
las imposiciones binarias que nos trajeron los colonizadores y que se
implantaron en nuestro territorio y corazones a fuerza de violencia y culpa.
O. Hugo Benavides.
Universidad Jesuita de Fordham
Universidad Jesuita de Fordham
* Este análisis forma parte del proyecto de
investigación llevado a cabo los últimos dos años por un esfuerzo conjunto de
la Universidad Jesuita de Fordhan y la PUCE (Pontificia Universidad Católica de
Quito) a cargo de la Dra. María Fernanda
Ugalde y yo, en lo que respecta al estudio de la variedad sexual de nuestro
mundo indígena, particularmente antes de la llegada de los colonizadores
europeos.
FUENTE: MAX REVISTA – Nov 2018 – N 08 – Pag. 14