Las identidades trans en Ecuador, que abarcan a personas trans, transexuales, transgénero, travestis y no binarias, han experimentado una notable evolución en términos de visibilidad, reconocimiento y derechos a lo largo de los últimos siglos. Este proceso ha estado definido tanto por desafíos sociales, culturales y legales como por los avances alcanzados gracias al trabajo de activistas y organizaciones comprometidas con la defensa de sus derechos. Estos esfuerzos han resultado en significativas conquistas legales y sociales, fortaleciendo la visibilidad y la protección de esta población en el país.
La historia de las personas trans en Ecuador abarca desde el periodo precolombino hasta la actualidad, mediante un proceso de transformación social, cultural y política en torno a las identidades de género. Esta historia está marcada por la resistencia, la adaptación y el reconocimiento progresivo de los derechos de las personas trans.
El período precolombino en Ecuador es una época con una caracterización esotérica en la historia de las identidades trans en el país, especialmente en la región costera. En la era antes de la llegada de los colonizadores, existían figuras como los enchaquirados, personas que, como los actuales colectivos de mujeres trans, no encajaban en las normas de género tradicionales de la sociedad indígena. Los enchaquirados eran sirvientes transexuales del cacique Tumbalá, y desempeñaban roles tanto sexuales como religiosos, a menudo adornándose con joyas, lo que les otorgaba una identidad destacada dentro de su comunidad.
Durante la época colonial en Ecuador, las expresiones de género y sexualidad fueron profundamente transformadas y reprimidas por la imposición de normas europeas, las cuales despojaron a las comunidades indígenas de sus prácticas ancestrales. Antes de la llegada de los colonizadores, existían diversas formas de identidad de género y sexualidad que no se ajustaban a las categorías binarias impuestas por el colonialismo. Esta violencia colonial no solo borró estas manifestaciones, sino que también instauró una visión rígida de género que perdura hasta la actualidad, constituyendo una de las bases de la transfobia que enfrentan las personas trans en el Ecuador contemporáneo.
En los años 1960 y 1970, la población trans, al igual que otros grupos LGBTQ+, enfrentó una sociedad profundamente machista y conservadora. La visibilidad de las personas trans era limitada y, en los pocos casos en que aparecían en la prensa, solían ser retratadas en secciones de prensa roja, lo que reforzaba estigmas y prejuicios.
26 de noviembre de 1976, se realiza la primera cirugía de reasignación de sexo en la historia de Ecuador, aunque el hecho no se hizo público. La misma fue realizada en una clínica de Guayaquil a una mujer transgénero de nombre Sandra Inés Ortiz.
Durante las décadas de 1980 y 1990, las personas trans en Ecuador sufrieron persecución extrema y violenta represión policial, que incluyó extorsión, detenciones arbitrarias e indefinidas, tortura y ejecuciones extrajudiciales. Bajo el gobierno de León Febres Cordero (1984–1988) y el ministro Luis Robles Plaza, se implementó una política estatal para perseguir a la comunidad GLTBI en ciudades como Quito, Guayaquil y Cuenca, justificando estas acciones como medidas para proteger la "moralidad" y la "decencia pública". La homosexualidad estaba criminalizada, lo que facilitaba abusos sistemáticos como torturas y violencia sexual por parte de la policía, quienes también extorsionaban y humillaban a las víctimas.
El 25 de enero de 2024, la Asamblea Nacional de Ecuador aprobó, en una votación final, una reforma a la ley de gestión de identidad y registro civil. Esta modificación legalizó el cambio de sexo o género en documentos de identidad para personas trans sin la necesidad de presentar certificados médicos o testigos, eliminando los requisitos previos que imponía la ley.67 El proyecto de ley había sido aprobado en una primera votación el 12 de diciembre de 2023.
No hay comentarios:
Publicar un comentario