jueves, 19 de abril de 2012
LA EXPLOSIÓN DE GRUPOS GLBT EN ECUADOR
Los logros legales que se habían alcanzado en los años noventa en Ecuador (la despenalización de la homosexualidad y la ley antidiscriminación por orientación sexual) se vuelven un detonante para la explosión de grupos y agendas GLBT. Luego del proceso de despenalización de la homosexualidad, por ejemplo, empieza en Ecuador una campaña de proyectos para combatir el virus del VIH Sida, auspiciada principalmente por agencias internacionales. Sin embargo, a inicios de 2000 se puede observar una vertiginosa presencia de grupos y organizaciones que se van formando y fortaleciendo en los procesos de trabajo que se desencadenaron desde 1994.
Uno de estos detonantes puede ser entendido por la diferenciación de identidades y proyectos organizativos de los grupos GLBT. Los colectivos, poco a poco, fueron desbordando la identidad de los hombres gays y construían demandas por fuera de los proyectos en contra del virus. Por otro lado, tanto la despenalización como la ley antidiscriminación volvieron público el debate de las diversidades sexuales y esto supuso la visibilidad de los grupos, sus problemáticas, sus propuestas en los medios de comunicación. Pero sobre todo se generaron nuevos actores o, mejor dicho, los actores que venían caminando con el proceso GLBT se fragmentan y se proliferan las demandas pero sobre todo las actorías.
El primer momento de conformación de las agendas GLBT en Ecuador está estrechamente ligado con las propuestas para generar cambios legales y de reconocimiento desde los espacios institucionales del Estado, es decir, básicamente modificar la Constitución Política del país. Sin embargo, y luego de haber avanzado con estos cambios fundamentales, los repertorios de acción colectiva y los actores sociales se fragmentan y diversifican. Por un lado, se pone en evidencia la diversidad de las identidades sexuales y, por otro, se hacen manifiestas algunos protagonismos personales e institucionales dentro de la organización que hasta ese entonces representaba a los grupos GLBT: Fedaeps.
Esta creación de grupos y de espacios y de todos estos “movimientos” generó también una ruptura que tenía mucho que ver con el protagonismo, que tenía que ver a quién le pertenecía el discurso, los recursos, los medios, las acciones. Para mí entre 2000 y 2001 fue un tiempo muy duro. Así es, a partir de 2000 y 2001 que mucha gente empieza a procesar lo que pasó entre 1996 y 2000, porque había que procesarlo y había que entenderlo, había que internalizarlo. Mucha gente se enteraba recién que era ciudadano, que tenía algunos privilegios (porque a mí sí me parece un privilegio –hablando de discriminación de orientación sexual–) era como destapar una Caja de Pandora (Patricio Brabomalo, entrevista, abril de 2005).
Es importante señalar la conformación de otros espacios y otras agendas de los grupos GLBT en Ecuador. Como señala Brabomalo, “mucha gente empieza a procesar lo que pasó entre 1996 y 2000”. Estos nuevos actores, que se quieren insertar en alguna organización, buscan espacios que les permitan salir de la clandestinidad y les permitan repensar su propia identidad sexual. No olvidemos que las primeras acciones que se desplegaron en los procesos previos a la despenalización y a la Asamblea de 1998 fueron protagonizados, por un lado, por actores activistas concretos que cabildeaban y negociaban con otros actores estratégicos. Por otro lado, quienes dieron “la cara”, sobre todo luego del arresto colectivo en el Bar Abanico, fueron travestis y transgéneros que desde la organización Coccinelli fueron el rostro público de la población homosexual en ese entonces. Luego de estos hitos la explosión de organizaciones se presenta como un eje articulador importante. El “espacio propio” genera un lugar común de acción. Los colectivos GLBT se enfrentan con sus propias diferencias internas. Lo que inicialmente podría unir a hombres gays no lo haría con mujeres lesbianas o travestis.
La construcción de repertorios de acción específicos marca una línea de diferenciación de estos nuevos procesos fragmentados. Por ejemplo, los grupos de mujeres lesbianas se activan desde iniciales reuniones para celebrar cumpleaños, pasando por campeonatos deportivos de fútbol, hasta la realización de encuentros nacionales de mujeres lesbianas. Siempre diferenciando, además, los repertorios de acción visibles (que son desplegados públicamente) de los (in)visibles (que sirven básicamente para “reclutar” mujeres). Hay que anotar, por tanto, que la construcción de identificaciones sexuales ha sido un proceso ambiguo, ambivalente, confuso, en constante tensión.
Teníamos muchos otros procesos por cubrir, por desarrollar. Justamente en esta coyuntura, entre 2000-2001 aparece Fundación Causana para pensar y emprender otros procesos que no sean lo que fueron en los años anteriores. Yo por ejemplo venía de procesos sociales y comunitarios, otros compañeros dentro del arte, de la cultura, de sus profesiones, desde lo creativo, etc. El Patricio, la Vicky y yo también veníamos de Fedaeps pero queríamos crear algo distinto.
Abrimos el primer grupo de estudios académicos conjuntamente con la FLACSO, ya que pensábamos que hay que entrar ahí y hay que decirle a la academia lo que está pasando y hay que empezar a hablar en la academia de estos temas. Pero sobre todo es que como Causana empezamos ya no solo a trabajar el tema de los gays ligados al sida sino que abrimos toda una propuesta de trabajo con mujeres, con mujeres lesbianas. Esto es importante porque ya habíamos muchas mujeres públicas, activistas, que veníamos trabajando los procesos políticos. Pero ¿quiénes siempre daban la cara? los hombres gays. Es por eso que decidimos formar un grupo solo de mujeres que, esto es importante, no se ligó inicialmente al movimiento histórico de mujeres sino más bien al proceso GLBT (Leticia Rojas, entrevista, junio de 2007).
El estallido de grupos de diversidad sexual en Ecuador,se vivió un estallido de conformación de grupos de diversidad sexual que visibilizaban ya no solo a grupos de hombres gays sino también a la irrupción de grupos de lesbianas, travestis, transformistas, drag queens. Esta irrupción de agrupaciones marcaba también la visibilización de otras identidades sexuales que no entraban en la escena de lo que fueron las primeras travesías de la constitución de estos grupos. Por un lado, dejaban de ser solamente los hombres gays quienes se reunirán y proponían agendas. Por otro, el discurso del VIH Sida –enfocado a temas como riesgo, vulnerabilidad, epidemia o prevención– dejó de ser la palestra de trabajo de estas organizaciones. El discurso tomó un giro importante: de la prevención y la “condonización” hacia agendas incluyentes de derechos.
Por SOFIA ARGÜELLO PAZMIÑO
El Estado y el closet. Ciudadanías sexuales en Ecuador y Bolivia
http://www.pagina12.com.ar/diario/especiales/18-190035-2012-03-20.html
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